Washington amenaza con destruir Irán, y Teherán pide respeto, como si ninguna de las partes le tuviera miedo a un desenlace bélico. Pero los iraníes tienen tanto que perder en una guerra como los estadounidenses.
El pasado 12 de mayo, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos denunciaron que dos buques petroleros saudíes, un barco mercante noruego y un carguero emiratí habían sido objeto de un acto de sabotaje en el golfo de Omán, frente a las costas del emirato de Fuyaira.
Exactamente una semana más tarde, desconocidos atacaron la “Zona Verde” de Bagdad con un lanzacohetes Katiusha; aunque no se registraron víctimas, la agresión es una afrenta para las potencias occidentales que apuntalan al Gobierno de Irak.
Si bien la autoría de estas embestidas no ha sido determinada, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro quién es el responsable desde su perspectiva: Teherán.
La Casa Blanca ordenó desplegar el buque de asalto anfibio U.S.S. Arlington, el portaaviones U.S.S. Abraham Lincoln, bombarderos y misiles Patriot en el golfo Pérsico tras denunciar que había detectado “indicios” –aún no confirmados por fuentes independientes– de planes ofensivos iraníes contra sus fuerzas en el Medio Oriente.
La reacción de Teherán no tardó en llegar: “Nosotros no buscamos la guerra, pero tampoco la tememos. Eso es lo que nos diferencia de ellos [los estadounidenses], que le tienen miedo a la guerra”, dijo Hosein Salamí, comandante en jefe de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, este domingo, en el marco de una ceremonia militar televisada. A su vez, Trump respondió vía Twitter que “si Irán quiere pelear, ese será el fin oficial de Irán. ¡Nunca amenacen a Estados Unidos de nuevo!”.
El ministro iraní de Exteriores, Mohamed Yavad Zarif, rechazó a su vez los dichos de Trump advirtiendo “nunca amenazar a un iraní”. “Pruebe el respeto. Eso funciona”, fue su consejo por Twitter al presidente estadounidense. Los ánimos están caldeados.
A eso se suma un anuncio reciente de los rebeldes hutíes en Yemen –quienes son respaldados por los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán–, quienes dijeron haber atacado estaciones de carga de petróleo saudíes con varios drones.
En el pasado, combatientes musulmanes chiitas agredieron al reino musulmán sunita de Arabia Saudita, presuntamente con cohetes iraníes. No se sabe si actuaron por encargo de Teherán; pero basta con que Estados Unidos y sus aliados en el Medio Oriente lo crean para la beligerancia aumente.
“Nadie en Irán quiere una guerra”
En esa región sólo hace falta una pequeña chispa para que estalle un nuevo conflicto armado de gran escala. Mohamad Yavad Zarif señala desde hace tiempo a John Bolton, consejero de Seguridad Nacional de Trump, de conspirar junto al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, y al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, para conseguir que Estados Unidos inicie una guerra con Irán.
A juicio de la activista política iraní Fatemeh Govaraie, nadie en Teherán quiere eso.
“La relación entre Irán y Estados Unidos es tensa desde hace cuarenta años, pero ahora Estados Unidos tiene un presidente cuyas decisiones son impredecibles. La probabilidad de que sea Irán el que provoque a Estados Unidos en esta situación no es muy grande”, comenta Govaraie al ser consultada por DW.
“Nadie en Irán quiere una guerra con Estados Unidos”, enfatiza. Pese a que Irán puede ponerles las cosas difíciles a Estados Unidos y a sus socios en el Medio Oriente, Teherán tiene también mucho que perder en una conflagración.
En conversación con DW, el opositor iraní Abbas Abdi, uno de los estudiantes que ocuparon la embajada de Estados Unidos en Teherán durante la histórica toma de 1979, sostiene que “lo que complica las actuales circunstancias es la presencia de personas como John Bolton, que buscan una guerra con Irán desde hace años”.
A sus ojos, no hay manera de que Irán escape a esta crisis. “Bajo estas condiciones, negociar con Estados Unidos no tiene sentido. No hay tema alguno para el diálogo”, asegura.
“El presidente Trump quiere negociar el acuerdo nuclear únicamente con Irán, a pesar de que ese pacto fue sellado con la comunidad internacional. Pero sin la participación de los otros integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU ni de Alemania, Estados Unidos e Irán no llegarán a ninguna parte. Y el riesgo de una nueva guerra aumenta cada día”, dice Abdi.