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Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), coalición liderada por kurdosirios, se encuentran en un enfrentamiento con insurgentes apoyados por Turquía en el norte y este de Siria, tras una ofensiva iniciada el 27 de noviembre con el objetivo de derrocar a Bachar al Assad. Respaldadas por Estados Unidos, las FSD han resistido para mantener el territorio conquistado y el recién ganado en las últimas semanas, siendo la principal fuerza armada de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria. La creación de las FSD en 2015, con respaldo estadounidense, tuvo como propósito combatir al Estado Islámico, logrando expulsarlo en 2019. Integrada por árabes, kurdos y otras minorías, las FSD son consideradas enemigas por Turquía debido a la presencia de veteranos del PKK, lo que ha llevado a ofensivas turcas en su contra. Tras ser abandonadas por Estados Unidos en 2019, los kurdosirios buscaron ayuda en el Gobierno de Al Assad y Rusia para frenar la ofensiva turca, llegando a un acuerdo que involucra la entrega de combustible a Damasco. Con aspiraciones de autonomía, las FSD buscan reconocimiento internacional, enfrentando rechazo de la oposición siria, el régimen anterior y Turquía, aunque reciben apoyo humanitario de la Unión Europea.

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Las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza liderada por kurdosirios, se enfrentan actualmente a los insurgentes apoyados por Turquía en el norte y este del territorio sirio tras la ofensiva que estos lanzaron el pasado 27 de noviembre inicialmente con el único objetivo de derrocar al ahora depuesto Bashar al Assad.

Respaldadas por Estados Unidos y enemigas de Ankara, las FSD han ido resistiendo para no perder parte del territorio que ya dominaban, así como el nuevo que han tomado en estas dos últimas semanas.

Pero, ¿quiénes son exactamente las FSD y por qué están en Siria?

Principal fuerza armada del noreste de Siria

Las FSD son la principal fuerza armada de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria -que gestiona desde 2018 un territorio que ha escapado al control del que era el Gobierno de Bashar al Assad- y que fue creada en 2015 con el respaldo militar y financiero de Estados Unidos.

El principal motivo de su creación fue la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI), que en 2014 proclamó un califato y se hizo con territorio en Irak y Siria, país donde estableció su capital de facto en Al Raqa: en el terreno que controlaron los yihadistas cometieron atrocidades contra civiles y un genocidio contra yazidíes.

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Como principal socio de Occidente en la lucha contra el EI, las FSD consiguieron derrotar territorialmente a la organización extremista en 2019 y expulsarla hacia el vasto desierto del centro de Siria, desde donde aún operan.

En general, la alianza kurdosiria ocupa una región que equivale a alrededor de un 30% del país, que comprende desde una pequeña parte de la provincia de Alepo -ahora en disputa- a zonas en Deir al Zur (al este del río Éufrates) y Al Raqa, así como gran parte de la provincia nororiental de Al Hasaka.

Coalición multiétnica y enemiga de Turquía

Las FSD son una fuerza mixta, con árabes, kurdos y combatientes de otras minorías, como asirios, en sus filas.

Su principal elemento son las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), integradas por veteranos de la guerrilla kurda de Turquía, el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK).

De hecho, entre esos veteranos está Mazlum Abdi, actual comandante en jefe de las FSD.

Esta es una de las razones por las que Ankara considera como enemigas a las FSD y por la que ha iniciado otras ofensivas contra ellas para expulsarles del terreno colindante con la frontera turca.

En ese territorio ocupado, Turquía ha entrenado y apoyado a rebeldes sirios, que son los que actualmente están atacando a los kurdosirios.

Se acercaron a Damasco

En 2019, bajo la primera Administración estadounidense del republicano Donald Trump, se vieron de algún modo abandonadas por Estados Unidos, sobre todo durante la ofensiva turca de ese año que acabó con un alto el fuego mediado por Rusia.

En ese momento, los kurdosirios no tuvieron más remedio, debido a su situación vulnerable, que pedir ayuda al Gobierno de Al Assad y a Rusia, aliada del régimen sirio, para que intervinieran para frenar la ofensiva turca.

A cambio, los kurdosirios transportaban combustible a Damasco, dado que las FSD controlan gran parte de los campos petrolíferos situados en el este de Siria.

Aspiración: una región autónoma

La mayor aspiración de las FSD y de la administración autónoma del norte y noreste de Siria es obtener el reconocimiento internacional y ser de alguna forma independiente, algo similar a lo que ocurre en el vecino Kurdistán iraquí, que cuenta con su gobierno regional.

Sin embargo, la oposición siria y el anterior régimen lo rechazaron, al igual que otros actores como Turquía.

Tampoco han recibido un reconocimiento oficial de la Unión Europea (UE), pese a que las FSD y la administración kurda estén en contacto directo con responsables europeos, sobre todo franceses.

La UE no les respalda militarmente, pero sí que lo hace a través de ayuda humanitaria con ONG extranjeras y agencias de la ONU.

Esto se debe, en gran parte, a la presión de Turquía, por lo que las FSD siguen siendo hasta el momento un actor no estatal, sin muchas esperanzas de lograr un reconocimiento global.