Un rebelde armado camina en la mezquita de los Omeyas en Damasco, Siria | EFE

Cómo el derrocamiento de Bashar al Assad en Siria debilitará al Eje de la Resistencia de Irán

09 diciembre 2024 | 10:55

El derrocamiento de Bashar al Assad en Siria reconfigurará inevitablemente el escenario en la región, con un importante impacto en el llamado Eje de la Resistencia.

Se trata de una alianza informal antiisraelí, liderada por Irán, que está compuesta por los palestinos de Hamás, los libaneses de Hezbolá, los hutíes del Yemen y diversas milicias en Irak, además de la propia Siria de Al Assad.

Teherán forjó una red de alianzas en la región, durante décadas, para hacer frente a Estados Unidos, cuyo presidente, Joe Biden, calificó al régimen depuesto como “abominable”.

Pero son las propias autoridades iraníes las que han admitido que la caída de Al Assad supone un duro golpe para sus pretensiones. “Es natural que el frente de resistencia se vea afectado”, señaló el ministro iraní de Exteriores, Abás Araqchí.

A su vez, remarcó que Siria había sido uno de los integrantes más importante de la alianza, enfatizando que ha tenido “un papel significativo en la confrontación con Israel y el apoyo a los palestinos”.

La caída del régimen en Siria, único Estado que formaba parte de la alianza antiisraelí, supone un revés para el Eje de la Resistencia, entre otras cosas, porque el país bañado por la costa levantina mediterránea ofrecía a Irán acceso directo para el suministro de material y armas a Hezbolá en el Líbano.

Ali Akbar Velayati, asesor del líder supremo de Irán, Ali Jameneí, dijo hace años que “la resistencia contra Israel por parte de Irán, Siria, Hezbolá, el gobierno iraquí y Hamás pasa por la autopista siria”, según precisa Associated Press.

El problema es que este corredor terrestre ahora está cortado, lo que obligará a Teherán a buscar otra manera de poder abastecer a Hezbolá, grupo paramilitar musulmán chií libanés que ya se ha visto seriamente afectado por los ataques israelíes en el Líbano y el asesinato de sus líderes, incluyendo su jefe máximo, Hassan Nasrallah, en septiembre pasado.

“Siria es el anillo de oro de la cadena de resistencia en la región (…) Sin el gobierno sirio, esta cadena se romperá y la resistencia contra Israel y sus partidarios se debilitará”, había anticipado Akbar Velayati.

Pese a los efectos que podría tener el derrocamiento de Assad, el jefe de la diplomacia iraní aseveró que la “resistencia no se detendrá” sin Siria.

“Puede que a veces haya algunas limitaciones, pero la resistencia encontrará su camino hacia adelante”, mencionó, añadiendo que Hezbolá cuenta con “municiones, equipamiento e instalaciones para los próximos uno o dos años”.

Anwar Gargash, alto diplomático de Emiratos Árabes Unidos, dijo en el Diálogo de Manama del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, realizado en Bahréin, que “los acontecimientos de Gaza, los de Líbano y, en definitiva, los de Siria han hecho añicos la idea de disuasión de Irán”.

“Irán sigue siendo un actor regional crítico”, agregó Gargash, remarcando la importancia de “aprovechar este momento para conectar y hablar de lo que viene”.

En ese sentido, la rápida caída del régimen de Assad demostraría el nivel de dependencia que tenía de Irán, cuya economía se ha visto afectada debido a las sanciones por su programa nuclear, y Rusia, país que lleva casi tres años en guerra con Ucrania.

“El acontecimiento regional más significativo es esta pérdida estratégica iraní”, expresó Robert Ford, ex embajador de Estados Unidos en Siria y miembro del Middle East Institute.

“Los iraníes sufrirán una gran derrota estratégica si el gobierno de Assad es reemplazado por algún otro tipo de gobierno que adopte una actitud poco cooperativa hacia el Hezbolá libanés, porque su puente terrestre hacia el Líbano está cortado”, dijo Ford el sábado, justo antes de que Damasco cayera en manos de los rebeldes.

“Es un duro golpe a cualquier esperanza que Irán pudiera haber tenido de una reconstrucción lenta y constante de Hezbolá”, mencionó, detalla el New York Times.

Y aunque romper la red regional de Irán ha sido uno de los objetivos de Israel, lo cierto es que el primer ministro Benjamín Netanyahu desconfía de los combatientes yihadistas entre los rebeldes que derrocaron a Assad.

Recordemos que Israel desplegó sus tropas en el área desmilitarizada de la frontera, dentro del territorio de Siria, llamando a la población local de cinco municipios, incluida Quneitra, la capital de la provincia, a quedarse en sus hogares por seguridad mientras se enfrentaba a los insurgentes.

Gideon Saar, ministro israelí de Exteriores, declaró que debieron intervenir ya que grupos rebeldes violaron el acuerdo de retirada de tropas que firmó con Siria en 1974 de la llamada “zona de amortiguación” y atacaron unidades, puestos de observación cerca de la frontera, representando “una amenaza para nuestras comunidades en los Altos del Golán y en el Estado de Israel”.