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Las autoridades de Irán informaron que Jamshid Sharmahd, ciudadano germano-iraní condenado a muerte por "terrorismo", falleció antes de ser ejecutado, desatando una crisis diplomática con Alemania, lo que llevó a Berlín a cerrar todos los consulados iraníes en el país. El portavoz judicial iraní rechazó la intromisión extranjera en los procesos judiciales del país, afirmando que Sharmahd era un terrorista que cometió crímenes en Irán. La condena se basó en su supuesta pertenencia al grupo Tondar, considerado terrorista en Irán. Alemania cerró los consulados en respuesta a la muerte de Sharmahd, medida criticada por Irán como absurda e intrusiva, cortando un importante canal de comunicación entre ambas naciones.

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Las autoridades de Irán afirmaron este martes que el ciudadano germano-iraní Jamshid Sharmahd, cuya ejecución fue anunciada la semana pasada tras ser sentenciado por “terrorismo”, murió antes de ser ajusticiado, en medio de la crisis diplomática con Alemania en torno al caso, que ha llevado a Berlín a cerrar todos los consulados iraníes en el país.

“Jamshid Sharmahd fue sentenciado a muerte y su condena estaba preparada para ser ejecutada, pero murió antes”, dijo el portavoz del aparato judicial iraní, Asghar Yahangir, quien además rechazó los intentos de “cualquier país extranjero” de “interferir en los procesos judiciales en el país”.

Así, reiteró que el hombre “era un terrorista” y argumentó que “cometió crímenes en Irán”, según recoge la agencia iraní de noticias Mehr, sin que las autoridades de Alemania hayan reaccionado por ahora a las declaraciones de Yahangir.

Las autoridades iraníes afirmaron la semana pasada que la ejecución del disidente -secuestrado en 2020 en Emiratos Árabes Unidos (EAU)- deriva de la condena contra él por su pertenencia al grupo Tondar, el que busca restaurar la monarquía derrocada en la Revolución Islámica de 1979.

Se trata de una organización considerada terrorista en el país y al que el Gobierno acusa de estar detrás de varios atentados que habrían sido ordenados desde el exterior.

En respuesta a su muerte, Alemania anunció el cierre de todos los consulados que Irán mantenía abiertos en el país, una decisión tildada por Teherán de “absurda, intrusiva, poco profesional y carente de decencia”.

En tanto, Irán aseveró que a la vez supone “cortar uno de los canales de comunicación más importantes y antiguos” entre ambas naciones.