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El Ejército israelí y el Shin Bet reportaron la muerte de Mohamed Abu Itiwi, líder de la unidad Nukhba de Hamás en el centro de Gaza. Se le acusa de participar en los ataques que desencadenaron la guerra en la región y de ser empleado de la UNRWA, agencia de la ONU que Israel afirma está infiltrada por Hamás. Se señala que Abu Itiwi dirigió un ataque en octubre en el que murieron 16 personas en un refugio antiaéreo, entre ellas el estadounidense-israelí Hersh Goldberg-Polin. Israel ha identificado supuestos miembros de Hamás en la UNRWA, acusación que llevó a la retirada de fondos de varios países, aunque la agencia y una investigación independiente han cuestionado estas afirmaciones. Israel busca expulsar a la UNRWA de su territorio y declararla "organización terrorista".

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El Ejército israelí y el Shin Bet -la agencia de seguridad interior- informaron este jueves de la muerte de Mohamed Abu Itiwi, comandante de la fuerza Nukhba, la unidad de élite de Hamás, en el centro de la Franja de Gaza.

Israel asegura que Abu Itiwi participó en los ataques del 7 de octubre de 2023, que provocaron la actual guerra en Gaza, y que era empleado desde 2022 de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), a la que Israel acusa de estar ampliamente infiltrada por Hamás.

Abu Itiwi, cuya muerte se produjo ayer (jueves), era el comandante de la fuerza Nukhba del Batallón de Bureij, en el centro de la Franja de Gaza, y -según Israel- durante los atentados del 7 de octubre, dirigió el ataque contra un refugio antiaéreo en Reim, donde acudieron a esconderse varios de los asistentes al festival de música Nova en el que fueron asesinadas unas 370 personas.

Dieciséis personas que estaban en ese refugio fueron asesinadas y cuatro personas fueron tomadas como rehenes con vida, entre ellas el estadounidense-israelí Hersh Goldberg-Polin, asesinado por sus captores de Hamás el pasado 31 de agosto junto con otros 5 secuestrados. Siete personas sobrevivieron en el refugio.

Israel identifica a presuntos miembros de Hamás en la UNRWA

Israel asegura que unos 2.100 empleados de UNRWA pertenecen a Hamás y acusó el pasado enero a doce de ellos de participar activamente en los ataques del 7 de octubre, a lo que la agencia respondió de inmediato abriendo una investigación interna y despidiendo a esos trabajadores.

La agencia, que cuenta con más de 30.000 empleados, aseguró meses después que Israel no había presentado pruebas concluyentes sobre la implicación de estos trabajadores en los atentados, mientras que una investigación independiente, a cargo de la exministra francesa de Exteriores Catherine Colonna, avaló en marzo la neutralidad de la actividad humanitaria de la agencia, aunque detectó “áreas críticas”.

En cuanto Israel vertió tales acusaciones en enero, 18 países anunciaron que retiraban sus fondos, incluidos sus principales donantes -EE.UU., Alemania, Japón o Francia-, lo que ha supuesto un recorte del presupuesto de 450 millones de dólares en plena respuesta de emergencia en la Franja de Gaza.

La mayoría de países, incluidos Canadá, Suecia, Australia o la propia Unión Europea, retomaron meses después la financiación a la UNRWA ante la inconsistencia de las pruebas presentadas por Israel sobre los vínculos con Hamás.

Israel no oculta sus intenciones de expulsar a UNRWA de su territorio y hay varias propuestas de ley en Knéset para declararla “organización terrorista”, además de intentar desalojarla de su sede en Jerusalén este.