Un grupo extremista suní opositor al Gobierno chií de Teherán, y dos formaciones armadas separatistas que reclaman una mayor autonomía de la provincia paquistaní de Baluchistan, fueron los objetivos de los ataques aéreos que han desencadenado la mayor crisis diplomática reciente entre Islamabad y Teherán.
Proscritos por sus respectivos Gobiernos, los tres grupos han cometido ataques desde hace más de una década en Irán y Pakistán, aprovechando la porosa frontera entre ambos países, mientras Teherán e Islamabad se acusan mutuamente de no hacer lo suficiente para frenar la actividad insurgente.
Yeish al Adl
Yeish al Adl (Ejército de la Justicia) es un grupo extremista suní opuesto al Gobierno chií de Teherán, que fue fundado en 2012 como escisión de la organización Yundulá tras la ejecución de su líder Abdolmalek Rig en 2010.
El primer ataque que reivindicaron fue el asesinato de diez miembros de la Guardia Revolucionaria en la conflictiva provincia de Sistán y Baluchistán en agosto de 2012.
Desde entonces ha cometido numerosos atentados en suelo iraní, la mayoría en esta provincia contigua a Pakistán y Afganistán, contra las fuerzas de seguridad del país, pero también contra fiscales y otros altos cargos.
Yeish al Adl busca la independencia de Sistán y Baluchistán, donde habita la minoría étnica baluchi que procesa -en su mayoría- la rama suní del islam frente al chiismo oficial del país.
El grupo opera en la porosa frontera con Pakistán, país que según Teherán no hace lo suficiente para detener sus actividades.
Uno de sus últimos ataques fue contra una comisaria en la ciudad de Rask, en Sistán y Baluchistán, donde murieron once policías.
Ese atentado fue una de las razones esgrimidas por Irán para atacar el martes posiciones del Yeish al Adl en territorio de Pakistán, desencadenando la crisis diplomática actual entre ambos países.
Ejército de Liberación de Baluchistán
El Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), fundado en 2000, es el más destacado de una serie de grupos separatistas activos en la provincia de Baluchistán, en el suroeste de Pakistán.
La formación insurgente ha reivindicado múltiples ataques contra las fuerzas de seguridad, miembros del Gobierno y trabajadores extranjeros, especialmente contra la extensa comunidad china presente en la región.
El grupo, ilegalizado por Islamabad desde 2006, y considerado como terrorista por Estados Unidos desde 2019, exige una mayor autonomía para Baluchistán, la provincia más extensa del país pero la más pequeña en términos de población, mientras denuncian una explotación injusta de sus recursos naturales por parte de Islamabad.
Además de los ataques contra las fuerzas de seguridad paquistaníes, a las que exige su retirada de la región, el BLA intensificó sus ataques contra los ciudadanos e instituciones chinas en el país desde el lanzamiento del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) de más de 60.000 millones de dólares en 2013.
Así, el grupo atacó el consulado chino en la ciudad de Karachi en noviembre de 2018, en un asalto que se cobró la vida de siete personas, entre ellas los tres atacantes, y ha protagonizado atentados selectivos contra la población china en el país.
El BLA también reivindicó un ataque al edificio de la Bolsa de Valores de Pakistán en 2020 que provocó la muerte de cuatro personas, y en abril de 2022 reclamó la autoría de un atentado suicida en Karachi en el que murieron tres profesores de chino y su conductor paquistaní.
El grupo está actualmente dirigido por Bashir Zaib, de quien se conoce poca información, y sucedió en el puesto a Aslam Baluch, después de que este muriera en un atentado suicida supuestamente relacionado con la inteligencia paquistaní el 25 de diciembre de 2018 en la provincia afgana de Kandahar.
Frente de Liberación Baluchi
El Frente de Liberación Baluchi (BLF), se formó en la década de 1960 y resurgió en 2004 después de que Allah Nazar, quien hasta entonces encabezaba una organización estudiantil, asumiera el liderazgo.
El grupo resurgió ese año ante la opinión pública cuando reivindicó un ataque que mató a tres trabajadores chinos que trabajaban en un megaproyecto de desarrollo paquistaní en Baluchistán.
Desde entonces, el grupo ha asumido la responsabilidad de ataques contra civiles, políticos, funcionarios gubernamentales y personal militar.
En 2015, hombres armados mataron a 20 trabajadores de la construcción en Baluchistán, después de identificar que no eran locales, en un incidente reivindicado por el BLF.
En enero de 2022, otro ataque de esta formación contra un puesto del Ejército paquistaní en el distrito de Kech se cobró la vida de diez soldados.