Según informó su familia a través de las redes sociales, Mohammadi tomó esta decisión para protestar contra la falta de atención médica a los presos y la obligación de que las mujeres lleven velo en Irán.
“La república islámica es responsable de todo lo que le suceda a nuestra querida Narges”, indica el comunicado compartido en la cuenta de Instagram de la periodista, quien recibió en mayo pasado el Premio Nobel de la Paz por defender los derechos de las mujeres en Irán.
Desde el entorno más cercano indican que la activista requiere de “cuidados médicos urgentes” en un centro cardíaco y pulmonar, algo a lo que se niegan las autoridades del país persa.
De hecho, las autoridades iraníes rechazaron la autorización de llevarla a un hospital para que se examine su pulmón y corazón debido a la negativa de Narges de usar un hiyab.
“Rehúsan darle acceso a los cuidados médicos que necesita desde hace una semana”, denunciaron los familiares.
Cabe destacar que Mohammadi cumple una pena de 10 años en prisión de Evin, en la capital iraní, por “la difusión de propaganda contra el Estado”.
Su activismo le ha costado 13 detenciones, cinco condenas de 31 años de prisión en total y 154 latigazos.
De acuerdo a Reporteros sin Fronteras (RSF), Narges ha seguido denunciando desde la cárcel sobre la “lamentable” situación de los presos en Irán, publicando varios artículos.
Debido a esto ha sido maltratada y torturada pese a sufrir problemas cardíacos.