“Con esta prohibición, las autoridades talibanas pretenden forzar de facto a la ONU a tomar una decisión terrible entre permanecer y proporcionar asistencia al pueblo afgano o respetar las normas y principios a los que estamos obligados”, dijo la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) en un comunicado.
La ONU anunció el 4 de abril que los talibanes habían prohibido trabajar en la organización a sus empleadas afganas, quienes hasta ahora se habían librado de las medidas que ya se aplicaban a las ONG.
La directora de la UNAMA, Rosa Otunbayeva, recomendó un examen del funcionamiento de Naciones Unidas en Afganistán que durará “hasta el 5 de mayo de 2023”, según el comunicado.
“Durante este periodo, la ONU en Afganistán llevará a cabo todas las consultas necesarias, hará los ajustes operativos requeridos y acelerará la preparación de alternativas para todos los resultados posibles”, indicó.
“Debe quedar claro que cualquier consecuencia negativa de esta crisis para el pueblo afgano será responsabilidad de las autoridades de facto”, añade el texto.
400 afganas trabajan en la ONU
Unas 3.900 personas trabajan para la ONU en Afganistán, de las cuales 3.300 son locales, según cifras de la organización. Entre estos últimos, 400 son mujeres.
Para las Naciones Unidas, las mujeres son esenciales para sus operaciones en este país, el cual sufre una de las peores crisis humanitarias en el mundo, y en donde alrededor de 23 millones de hombres, mujeres y niños reciben ayuda.
En diciembre, los talibanes prohibieron a las afganas trabajar en las 1.260 ONG que operan en el país debido a “graves quejas” de que no se respetaba el uso del hiyab, el que debe cubrir el cuerpo y rostro de las mujeres. Entonces, la medida no concernía a la ONU.
Varias ONG habían anunciado que suspendían sus actividades en el país, antes de reanudarlas a mediados de enero con el apoyo de personal femenino en algunos sectores con exenciones, como la salud y la nutrición.
Progresivas restricciones a las mujeres
Desde que regresaron al poder en agosto de 2021, los talibanes han multiplicado las medidas liberticidas contra las mujeres.
Las mujeres no tienen acceso a la enseñanza secundaria ni superior, ni a muchos empleos en la función pública. Tampoco pueden viajar sin estar acompañadas de un familiar de sexo masculino y deben cubrirse por completo cuando salen a la calle.