El presidente del Estado de Israel, Isaac Herzog, que esta mañana pidió al Gobierno que detuviera "de inmediato" la reforma ante la creciente crispación, dio la bienvenida al paso tomado por el primer ministro y aseguró que "parar la legislación era lo correcto".

La Unión General de Trabajadores (Histadrut), el principal sindicato de Israel, canceló hoy la huelga general que tenía prevista continuar mañana, después de que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, anunciara que pospone la tramitación de la reforma judicial, que ha provocado protestas masivas.

“El Palacio Presidencial, morada del pueblo, está abierto para ser un espacio de discusión y formación de acuerdos lo más amplios posibles para rescatar a nuestro amado Estado de Israel de la profunda crisis en la que nos encontramos”, dijo el presidente del Estado de Israel, Isaac Herzog.

Por su parte, el líder de la oposición, Yair Lapid, reaccionó con cierto escepticismo al anuncio de Netanyahu, aunque recalcó que está dispuesto a “iniciar un diálogo genuino” con mediación presidencial que se materialice en una “constitución israelí según los valores de la Declaración de Independencia”.

Pero matizó que “tras malas experiencias en el pasado”, las fuerzas opositoras se asegurarán de que “no haya trucos o engaños” tras el anuncio de Netanyahu, ante la sospecha de que este solo “intente calmar la situación” para impulsar el plan más adelante.

“Si intenta algo, encontrará frente a él a cientos de miles de israelíes patriotas que están comprometidos a luchar por nuestra democracia”, advirtió Lapid, que sin embargo se mostró esperanzado de que los israelíes puedan “salir de este momento de crisis más fuertes y más unidos”.

El ex ministro de Defensa y líder del partido de Unidad Nacional, Beny Gantz, también celebró el paso de Netanyahu y reiteró su intención de negociar con el Ejecutivo para lograr un consenso en torno a la reforma. “Más vale tarde que nunca”, aseveró.

Polémica reforma judicial en Israel

Las protestas contra la reforma judicial -que se prolongan desde hace tres meses- se dispararon de nuevo ayer, con más de 650.000 personas que salieron a la calle a protestar contra la decisión de Netanyahu de destituir al ministro de Defensa, Yoav Gallant, el primero de su Gobierno que instó públicamente a frenar el plan.

Tras ello, las masivas movilizaciones siguieron hoy en Jerusalén, con una protesta que rodeó el Parlamento israelí y congregó a más de 100.000 personas, un movimiento que no piensan parar a pesar del anuncio de Netanyahu.

“El Gobierno ha llevado a Israel al borde de la destrucción y aún amenaza con desmantelar la democracia. Un congelamiento temporal no es suficiente y las protestas continuarán intensificándose hasta que el plan sea rechazado en la Knéset”, aseguró el Movimiento Paraguas contra la Dictadura, que aglutina a varios grupos civiles.