Fue en agosto de 2021 cuando Estados Unidos retiró de forma oficial todas sus tropas de Afganistán, evento histórico que estuvo marcado por las dramáticas imágenes captadas en el aeropuerto de Kabul, en donde miles de afganos trataron de tomar un avión para escapar del país.
La salida de los norteamericanos, así como la inminente llegada al poder de los talibanes, causó pánico en el castigado emirato islámico, motivo por el que hubo quienes incluso se aferraron a las ruedas de un avión de transporte C-17 que huía del país.
Las dramáticas imágenes mostraban a personas cayendo desde las alturas al no poder resistir la velocidad de la aeronave a cientos de metros de altura.
Efectivos estadounidenses incluso descubrieron “restos humanos” en el tren de aterrizaje del avión militar -que fue asediado por los afganos- después de aterrizar en Qatar.
En un comienzo, y con el ascenso al poder en agosto 2021, los talibanes prometieron un “perdón general” y respetar a las mujeres según “los principios del islam”. Esto, mientras la capital retomaba lentamente su ritmo aun con el miedo a lo que podía pasar con el nuevo régimen.
Con miras a cambiar su deteriorada imagen, el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, señaló en aquella oportunidad que la guerra había terminado, agregando que se comprometían a “dejar trabajar a las mujeres de acuerdo con el respeto de los principios del islam”.
Desde entonces, la organización militar islamista redobló sus esfuerzos por mostrar una imagen más cercana ante la población, especialmente desde que entraron a Kabul, tomando así el control de casi todo el país en unos pocos días.
“Obedecen a un sector religioso extremo y estricto del islam”
En conversación con BioBioChile, el exembajador en Egipto y actual analista internacional de la Universidad Central, Samuel Fernández, entrega su visión respecto a la situación de Afganistán.
“Los estadounidenses estuvieron veinte años y no lograron prácticamente nada. Dejaron el país de manera bastante abrupta y Afganistán quedó entregado a la suerte de los talibanes“, comenzó señalando.
“Ellos tienen una característica, y es que desde el punto de vista de las creencias, obedecen a un sector religioso extremo y estricto del islam, de manera que el poder de ellos está precisamente en la aplicación de este islamismo estricto”, agregó.
Famosas fueron las imágenes de los talibanes ocupando el palacio presidencial de Afganistán, el cual había sido abandonado poco antes por el presidente Ashraf Ghani, quien decidió huir al extranjero para “evitar un derramamiento de sangre”.
Sin embargo, muchos desconfiaron de las verdaderas intenciones de los talibanes, considerando que entre 1996 y 2001, época en la que gobernaron el país, establecieron una versión extremadamente rígida de la ley islámica, suprimiendo diversas libertades, especialmente para las mujeres.
Todo apunta a que los temores de la población no estaban alejados de la realidad.
Así lo afirma Gulalai Hotak, una magistrada afgana que ya se hizo la idea de que las mujeres no podrán volver a contar con los derechos que tenían antes que los talibanes tomaran el control.
“No hay esperanza de que las mujeres vuelvan a la situación que tenían antes de los talibanes. Me duele, pero es así”, señaló el pasado lunes 6 de marzo, según recoge Agencia EFE, en el marco del debate de las V Jornadas de Justicia e Igualdad organizadas por el Ministerio español de Justicia .
“Intentan (las afganas) de cualquier forma salir del país y llegar a países europeos”, sostuvo, añadiendo que sus derechos “han sido mayormente violados por el Gobierno talibán”.
En tanto, Fernández planteó que se debe considerar que ese islamismo nunca evoluciona ya que abomina de todo lo que es extranjero porque en la creencia de ellos, el que se occidentaliza, inmediatamente será condenado en la vida eterna.
“Esta es una cosa religiosa muy profunda que ha sido muy tradicional y que naturalmente hace que estén impermeables en su totalidad a cualquier modernización y a todo lo que no sea la sharia islámica más estricta”, mencionó Fernández.
“Además, el sector de ellos, porque en el islam caben distintas corrientes, es tal vez el más fanático y el que impone más restricciones. Esto es en muchos sentidos, fundamentalmente a las mujeres, en la dependencia de los hijos de los varones y en las costumbres de los adolescentes. A ellas se les niega la educación, no tienen derecho a las universidades, no pueden ejercer cargos o profesiones”, remarcó.
Por su parte, Fernández, quien es experto en temas de política exterior, mencionó que Afganistán está rodeado por países que no tienen ningún interés de que ellos caigan nuevamente en manos de los norteamericanos.
“Ya sucedió cuando se fueron a meter allá los soviéticos en la época antigua. No obtuvieron nada, fueron expulsados. Internamente están los pastunes y los grandes grupos étnicos que viven peleándose entre ellos porque son tremendamente belicosos y muy combativos”, explicó.
“Se han peleado la vida entera y los soviéticos no lograron someterlos mientras que los propios afganos no han logrado conseguir un gobierno. No duran porque entran en guerra inmediatamente los clanes entre sí”, puntualizó.
En ese sentido, la jurista explicó que aspectos de la vida como la educación y justicia han quedado vetados para las mujeres. De hecho, empleadas judiciales, como ella, ya no pueden ejercer sus funciones mientras que sus sentencias han sido declaradas nulas.
Falsas promesas
Respecto a las promesas de “apertura” hechas por los talibanes al llegar al poder en agosto de 2021, Fernández es enfático en señalar que no han cumplido nada. “Eso fue táctico en el momento para que no le cayera una represalia norteamericana, alguna invasión o llegaran nuevas tropas”, precisó.
“Han tenido muchas invasiones, ha sido un país muy golpeado. Se fueron encerrando en sí mismos, renacieron todas las viejas rivalidades, algunas centenarias o milenarias que tienen entre ellos, los clanes y las facciones religiosas, entonces ahí está el secreto. El talibán propiamente tal es alguien que se impone a los demás para obtener el poder”, mencionó.
“En la medida que aplique la religión de la manera mas estricta, puede conservar el poder. En definitiva no toda la población los quiere o los acepta, y muchos están en contra. Para ellos, la única manera de poder imponerse es a través de la fuerza de la religión y de la opresión del pueblo”, expresó.
ONU alerta por grave crisis
Cabe señalar que recientemente la ONU alertó sobre la situación en Afganistán, indicando que el país “sigue sufriendo una grave crisis y que es necesario que todas las partes actúen urgentemente para evitar un mayor deterioro de la situación”.
Richard Bennett, relator especial de la ONU sobre la situación de derechos humanos en Afganistán, realizó una visita de doce días por el país musulmá, instancia en la que se reunió con grupos de mujeres, víctimas de violaciones de los derechos humanos, periodistas, empresarios y académicos religiosos, entre otras personas.
Fue así como la mayoría de los entrevistados le expresó su preocupación por la “desesperada situación de las mujeres y las niñas, el aumento de los ataques a los lugares de culto, las escuelas, los sistemas de transporte y las comunidades minoritarias”.
“La situación humanitaria sigue siendo grave y la de seguridad es frágil, con un aumento de los ataques a los lugares de culto, las escuelas, los sistemas de transporte y los grupos minoritarios, y con violaciones contra civiles y combatientes fuera de combate en las provincias donde los grupos armados siguen activos”, señaló la ONU mediante un comunicado.
“Las mujeres están entregadas al poder del hombre, no tienen derecho ni siquiera a cultivarse, a aprender a leer, deben andar tapadas completas. Es una forma perversa de imponer una religión no por decisión sino que por imposición”, dice Fernández.
“Los hombres también tienen restricciones. Por ejemplo, aparte de las distracciones o la música, el deporte es mirado con bastante cuidado. No vayan a tomar alcohol, cuidado con los festejos, cuidado con lo que hacen entre ellos porque pueden faltar a la moral. Hay una represión total en materia sexual. La homosexualidad está castigada”, aseveró.
“Nadie se quiere meter ahí porque saben que se van a encontrar con un país muy difícil de controlar, es un país que está dividido entre sí y que está fanatizado con gente que está dispuesto a dar la vida”, detalló el exembajador.
“Son unos guerreros muy formidables, no son unos cobarditos racionales, no, son absolutamente fanáticos. ¿Cómo ingresar a Afganistán? ¿Por qué país el mundo occidental podría llegar a Afganistán? Es cosa de ver los países que lo rodean porque ninguno tiene buenas relaciones con occidente”, complementó.
“Nadie se atreve a entrar y a los mismos gobiernos afganos les ha ido pésimo. Definitivamente es un país muy ingobernable”, concluye.