Al menos 6.376 personas han muerto y más de 30.570 han resultado heridas en Turquía y Siria debido a los dos devastadores terremotos del lunes, mientras continúan las labores de rescate con el temor de que haya aún cientos o miles de personas atrapadas bajo los escombros.
En Turquía, donde tuvieron su epicentro los temblores de magnitud 7,7 y 7,6, el recuento oficial habla ya de 4.544 muertos y 26.721 heridos, según Afad, la agencia de emergencias turca.
Ante esta catástrofe, el Gobierno turco del presidente Recep Tayyip Erdogan ha declarado tres meses de estado de emergencia en las diez provincias afectadas.
Hasta el momento, se han contabilizado 435 réplicas de menor intensidad en las zonas afectadas en las que trabajan más de 60.000 personas en tareas de rescate y desescombro, en un dispositivo que cuenta con más de cien aviones y helicópteros desplegados.
Asimismo, el sismo ha dejado un total de 5.775 edificios derruidos.
En Siria, inmersa en una guerra civil desde hace doce años, la información sobre víctimas proviene, por un lado, del Gobierno de Bachar al Asad y, por otro, del último enclave del país controlado por la oposición.
El recuento total señala que en este país han muerto 1.832 personas y otras 3.849 han resultado heridas.
Los Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que opera en las áreas en manos de la oposición, alertó este martes de que “se está agotando el tiempo” y recordó que “cientos” de personas continúan atrapadas.
“Cada segundo puede salvar una vida, llamamos a todas las organizaciones humanitarias y organismos internacionales a que proporcionen apoyo material y ayuda”, urgieron los voluntarios en su cuenta de Twitter.
Las bajas temperaturas y la nieve en la zona, donde también hay territorios montañosos de difícil acceso, complican las tareas de rescate.
También a Siria han llegado dos aviones iraquíes, uno iraní, tres argelinos, uno emiratí y uno ruso cargados de suministros para los afectados por el seísmo, los primeros envíos de ayuda internacional recibidos por el Gobierno sirio para hacer frente al desastre, informó este martes la agencia oficial de noticias siria SANA.
Ya antes de los seísmos, Siria sufría su peor crisis humanitaria desde el estallido de las revueltas contra Damasco en 2011 y el posterior inicio de la guerra, con el 90% de la población sumida en la pobreza, desabastecimientos de productos básicos y millones de personas desplazadas.
Por su parte, las autoridades turcas han logrado realojar en edificios públicos a unas 380.000 personas, y ha organizado el traslado de heridos por vía aérea y mediante barcos a otras provincias.
El Gobierno turco ha destinado 12,1 millones de euros (13,3 millones de dólares) en fondos urgentes para las diez provincias más afectadas que abarcan unos 110.000 kilómetros cuadrados, según Afad.
Erdogan aseguró ayer que estos terremotos suponen el mayor desastre sufrido por el país desde el seísmo de 1939 en Erzincan, en el este de Turquía, que dejó más de 32.000 muertos y provocó un tsunami en el mar Negro, situado a unos 160 kilómetros del epicentro.
El jefe del Estado decretó ayer siete días de luto nacional, se han cerrado durante una semana los colegios en las provincias afectadas y, además, se han suspendido hasta nuevo aviso todas las competiciones deportivas.