El relator de la ONU para Irán, Javaid Rehman, pidió el jueves ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas la creación de un mecanismo internacional de investigación de la muerte de la joven iraní, Mahsa Amini.
Esto, así como para llevar a cabo una revisión de la represión durante las protestas posteriores en Irán, en las que han muerto más de 300 personas.
En una sesión especial del Consejo de Derechos Humanos para debatir la actual crisis política y social en Irán, Rehman solicitó esta investigación.
Lo anterior, con el fin de “atender las reclamaciones de las víctimas” en un país donde “la impunidad estructural ha alimentado un patrón de asesinatos, desapariciones forzadas, tortura y abusos”.
Intensificación de la represión estatal y la muerte de Mahsa Amini
Rehman subrayó que, en línea con estas viejas prácticas, el Estado iraní ordenó desde el inicio de las protestas, a mediados de septiembre, “la represión violenta a cualquier coste”.
Lo anterior, con órdenes presidenciales de “actuar sin piedad” contra los manifestantes.
El relator de Naciones Unidas agregó que la represión estatal contra los manifestantes está intensificándose.
Esto, ya que solo en los últimos siete días se han registrado entre 60 y 70 muertes, entre ellas cinco niños, especialmente en zonas de población kurda.
El relator de la ONU añadió que muchos periodistas están recibiendo amenazas de muerte en la cobertura de las protestas.
Mientras, las autoridades en algunos casos están negándose a devolver los cadáveres de los fallecidos bajo custodia, a menos que los familiares acepten sus exigencias.
Rehman denunció que estas suelen consistir en no hablar a la prensa, no celebrar funerales, o enterrar a sus seres queridos en zonas apartadas.