Estados Unidos anunció este lunes que no ha podido llegar a una conclusión definitiva sobre el origen de la bala que causó la muerte de la periodista palestina Shireen Abu Akleh, pero afirmó que "probablemente" las fuerzas israelíes fueron las que dispararon. La muerte de la reportera el 11 de mayo mientras se disponía a cubrir una operación israelí en el campo de refugiados de Jenín generó una ola de indignación en territorio palestino y a nivel internacional.
En un comunicado, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, explicó que el análisis forense que realizó EE.UU. no pudo arrojar resultados definitivos porque la bala que mató a Akleh estaba “muy dañada”.
No obstante, Estados Unidos determinó que las fuerzas israelíes fueron las que “probablemente” dispararon a Akleh, aunque dijo “no tener razones para creer que fue intencional” sino el resultado de “trágicas circunstancias” durante una operación liderada por el Ejército israelí contra facciones de la Yihad Islámica.
Washington llegó a esa conclusión después de haber examinado durante semanas las investigaciones de las Fuerzas Armadas israelíes y de la Autoridad Nacional Palestina, explicó Price en su comunicado.
La encargada de supervisar la investigación fue la Oficina del Coordinador de Seguridad de EE.UU. para Israel y la Autoridad Palestina (USSC, por sus siglas en inglés), que fue creada en 2005 y cuya misión es coordinarse con las autoridades israelíes y palestinas.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) entregó a EE.UU. la bala este fin de semana para que realizara un análisis independiente.
“Seguiremos trabajando con Israel y la Autoridad Palestina en los próximos pasos y urgiremos una rendición de cuentas. De nuevo, ofrecemos nuestro más sentido pésame a la familia de Akleh”, añadió Price.
Previamente, el ministro de Justicia palestino, Muhamad al Shalaldé, aseguró en declaraciones a la cadena de televisión qatarí Al Jazeera, para la que trabaja la periodista, que las autoridades estadounidenses examinaron la bala y determinaron que no sufrió alteraciones.
“Creo que debería haber una investigación independiente para que entendamos lo que pasó, quién es responsable y por qué”, defendió , antes de resaltar que “entonces se podrá hablar de consecuencias (…) Me alegra que Estados Unidos pueda ayudar y jugar un papel”.
En este sentido, recordó que, dado que Abu Aklé tiene nacionalidad estadounidense, Washington tenía derecho a pedir el proyectil para “llevar a cabo una investigación exhaustiva e imparcial sobre la muerte de la mártir”. “La Autoridad Palestina lo aplaude”, sostuvo.
Israel, que inicialmente puso en duda que sus tropas estuvieran detrás de la muerte y la atribuyó a milicianos palestinos, aseguró más tarde que necesitaba examinar la bala para poder determinar si esta fue usada por sus soldados y fue la causante del fallecimiento de la periodista, pero la ANP se negó a entregar la bala a Israel.
Fuentes citadas por la cadena de televisión qatarí afirmaron que la bala fue examinada en la legación diplomática de EEUU en Israel, en presencia de un experto israelí.
El Ejército de Israel afirmó el domingo que varios de sus expertos estarían presentes durante el examen del proyectil, a pesar de que la Autoridad Palestina se ha negado a colaborar con Israel dado que considera que Abu Aklé murió por un disparo de las fuerzas israelíes y cree que su postura no será imparcial en la investigación.
Israel, que inicialmente puso en duda que sus tropas estuvieran detrás de la muerte y la atribuyó a milicianos palestinos, aseguró más tarde que necesitaba examinar la bala para poder determinar si esta fue usada por sus soldados y fue la causante del fallecimiento de la periodista, pero la ANP se negó a entregar la bala a Israel.
De hecho, las conclusiones de la investigación independiente realizada por la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la muerte de la periodista coinciden con la evaluación realizada por las autoridades palestinas.
Las conclusiones de la investigación desmontan además la narrativa de que existiera actividad de palestinos armados en las inmediaciones de la posición donde se encontraban los reporteros, como apuntó Israel en su momento. El Ejército ha admitido la posibilidad de que la periodista muriera de un disparo efectuado por sus propias fuerzas pero siempre de manera no intencionada.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, que había pedido que se investigara la muerte de Akleh, visitará Israel y Cisjordania el 13 y 14 de julio.