El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, viaja a Turquía este miércoles en una visita oficial que cierra tres años y medio de tensiones tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en Estambul.
Las razones de este deshielo entre Ankara y Riad son eminentemente económicas.
Este deshielo comenzó en abril cuando la justicia turca decidió suspender el juicio sobre la muerte del periodista Jamal Khashoggi,
El hombre fue asesinado en el consulado saudí de Estambul en 2018 por agentes presuntamente enviados por personas muy cercanas al príncipe Bin Salmán.
Esta decisión fue muy criticada por organizaciones de derechos humanos pero sirvió para que el gobierno saudí suspendiese el embargo extraoficial que mantenía a la compra de productos turcos.
Las razones de este deshielo son eminentemente económicas.
La economía de Turquía pasa por una situación crítica con una inflación que oficialmente supera el 70 %, aunque algunos cálculos independientes la sitúan en más del doble.
Hay también un componente geopolítico. La política de Turquía la había dejado muy aislada respecto a otros poderes de la zona, como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos Egipto o Israel, que se habían aliado entre sí.
Ahora, Erdogan busca romper este frente anti-turco restableciendo las relaciones con estos países, según constató RFI.
Inversiones millonarias en Arabia Saudita
Las esperadas multimillonarias inversiones saudíes podrían tener un efecto positivo importante para Erdogan de cara a las elecciones presidenciales y parlamentarias de junio de 2023.
Esto, justo cuando la devaluación de la lira y la disparada inflación, del 70 %, tienen muy enfadada a gran parte de la población.
Con todo, una encuesta que acaba de publicar la empresa demoscópica MetroPoll, señala que el 60 % de los turcos se oponen a estrechar lazos con Arabia Saudí.
La emisora estatal TRT informó de que se van a firmar acuerdos en sectores como el turismo, la sanidad y la industria militar.