“Hoy, no hay ningún grupo político en el país que cuente con la mayoría parlamentaria, sea nosotros u otro bloque”, afirmó el clérigo en un discurso televisado, después de que los resultados electorales dejasen ayer en el aire si la Alianza del 8 de Marzo contaría con suficientes respaldos entre los diputados independientes.
Sin embargo, dejó la puerta abierta a una futura coalición más amplia al sentenciar que “tomará tiempo” alcanzar una mayoría.
Los escaños en manos de las tres grandes formaciones del bloque apenas sufrieron cambios tras los comicios: 13 para el movimiento político y armado chií, 14 para la formación de mismo credo Amal y 15 para el cristiano Movimiento Patriótico Libre, del presidente libanés, Michel Aoun.
No obstante, las estimaciones de diferentes medios no otorgaban a la alianza más de 15 asientos adicionales por parte de diputados independientes favorables a ella o miembros de partidos menores alineados con su visión prosiria, lo que le habría dejado a las puertas de la mayoría.
Al confirmar la pérdida de su estatus en la Cámara, Nasralá consideró que “quizás” la fragmentación del nuevo Hemiciclo sea beneficiosa para la población, ya que ningún grupo puede solventar “por sí solo” la crisis socieconómica que sufre el país “incluso si obtuviese una mayoría”.
“Hoy, nos encontramos ante un grupo de bloques parlamentarios, fuerzas políticas, nuevos legisladores y diputados independientes. Quizás lo que ha pasado va en el interés del Líbano y los libaneses, el hecho de que ni este equipo ni el otro tengan mayoría”, manifestó el líder de Hizbulá.
Estos comicios legislativos fueron los primeros celebrados en la nación desde el estallido en 2019 de una grave crisis económica, que ha empujado a casi el 80% de la población por debajo del umbral de la pobreza y ha hecho caer el valor de la moneda local en más de un 90%.
Las divisiones en el Parlamento emanado de las elecciones vaticinan nuevas parálisis políticas de cara al inminente nombramiento de un nuevo primer ministro y Gobierno, además de para la votación directa por parte del Legislativo del próximo jefe de Estado antes de finales de octubre.