La operación estadounidense que terminó con la muerte del líder del grupo terrorista Estado Islámico (EI), Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi, tardó meses en planificarse y se desarrolló en un ambiente de alta tensión debido a la presencia de civiles y niños en el edificio donde estaba el objetivo.
Altos funcionarios estadounidenses dieron detalles este jueves de cómo se organizó y llevó a cabo la operación, aunque no quisieron confirmar el número de víctimas mortales, que —según los rescatistas de los Cascos Blancos y Unicef— fueron un total de 13, entre ellos 6 menores.
Estas son las claves de la operación, según el relato de los Estados Unidos:
Meses de preparación
La planificación de la operación duró “meses”: Biden fue informado por primera vez al respecto en diciembre, cuando su equipo de inteligencia se cercioró por completo de que era Al Qurashi quien se escondía en un edificio en la zona de Atme, en la provincia noroccidental siria de Idlib.
“Se informó al presidente de una serie de posibles opciones para acabar con este objetivo terrorista y de la extraordinaria complejidad, debido al número de niños que había en la zona, y familias en el primer piso”, dijo uno de los funcionarios en una rueda de prensa telefónica.
Una tensa “Situation room”
El propio Biden explicó en un discurso en la Casa Blanca que ese contexto motivó su “decisión de llevar a cabo una redada de fuerzas especiales, algo mucho más arriesgado” para los militares estadounidenses, “en lugar de lanzar un ataque aéreo”.
El presidente dio la luz verde a la operación el martes por la mañana en el Despacho Oval, y este miércoles por la noche supervisó los “aspectos clave de la operación” desde la Sala de Crisis (“Situation Room”) de la Casa Blanca, indicó el citado funcionario. “Hubo una tensión enorme, dado el número de niños que sabíamos que estaban en la vivienda, en el primer piso”, agregó la fuente, que pidió el anonimato.
Varios civiles se salvaron
Al comienzo de la operación, las fuerzas estadounidenses entraron en el edificio y pidieron que todo el mundo saliera, tras lo cual una familia que vivía en el primer piso “salió y fue trasladada a un lugar seguro”, indicó la fuente.
En total, hubo ocho niños que salieron del edificio y se salvaron, entre ellos cuatro que estaban en el segundo piso, donde las fuerzas estadounidenses mataron a otro terrorista del EI y a su esposa, según el funcionario.
Al menos una mujer y tres niños muertos
Al Qurashi se encontraba en el tercer piso y, poco después de comenzar la operación, “decidió volarse a sí mismo por los aires”, al detonar un explosivo que mató “a varios miembros de su familia”, explicó Biden en su discurso.
En concreto, ese acto suicida mató al líder del EI, a una mujer y a tres niños, dijo luego a periodistas la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Según el citado funcionario estadounidense, “la explosión fue tan fuerte en el tercer piso que expulsó cuerpos fuera de la casa y hasta las zonas circundantes”.
El edificio siguió en pie
Antes de lanzar la operación, el Gobierno estadounidense se había asegurado “con un alto grado de confianza” de que el edificio donde se escondía Al Qurashi “era estructuralmente sólido” y “no se derrumbaría” si el yihadista se suicidaba con la detonación de una bomba, agregó.
“Dudo de que él (Al Qurashi) lo supiera (…). Probablemente, su intención era matar a todo el mundo que estuviera en el edificio”, aseguró el funcionario.
Otro yihadista en el segundo piso
Las fuerzas especiales estadounidenses sabían que en el segundo piso vivía un lugarteniente de Al Qurashi, un “terrorista del EI” al que no identificaron, y que se “atrincheró” junto a su esposa en esa planta, agregó la fuente.
Ambos abrieron fuego contra el equipo estadounidense, que finalmente les mató, y a continuación, cuatro niños que estaban en ese piso salieron y “fueron llevados a un lugar seguro”, afirmó el funcionario, que reconoció no saber si podía haber más menores en la habitación donde murió el yihadista y su mujer.
El principal revés en la operación, en la que no hubo ninguna víctima estadounidense, fue un “fallo mecánico” en un helicóptero, que tuvo que ser “trasladado a otro lugar” y finalmente “destruido”, de acuerdo con el funcionario.
Al Qurashi nunca abandonaba el edificio
El funcionario justificó la decisión de llevar a cabo la operación en un edificio habitado por civiles al afirmar que Al Qurashi “nunca abandonaba la casa”, con la excepción de “subir en ocasiones al tejado para bañarse”.
“Dirigía (las operaciones del Estado Islámico) mediante mensajeros que iban y venían, y usaba a gente inocente (que vivía en el edificio) como escudo”, agregó.