Sohail Ahmadi, entregado a un soldado extranjero, había desaparecido el 19 de agosto en el caos de la evacuación de Kabul. La semana pasada, el bebé se reencontró con su familia tras cinco meses de separación.
Sohail, entonces de dos meses, había sido tendido por su padre a un soldado, ubicado en altura sobre una muchedumbre aterrada por la llegada de los talibanes al poder, tras apoderarse de la capital afgana.
El padre y el niño quedaron separados. Pese a sus intensas búsquedas, fue imposible para Mirza Ali Ahmadi recuperar a su bebé. Fue un chófer de taxi, Hamid Safi, quien lo halló, llorando y abandonado en el suelo del aeropuerto.
“Busqué a su familia” asegura el joven de 29 años, que había acudido al aeropuerto para dejar a su propio hermano, que iba a ser evacuado. “Llamé entonces a mi mujer, que me dijo que trajera al bebé a casa”.
La pareja asegura haber buscado sin éxito a los padres del niño. Lo llamaron Mohamad Abed y empezaron a criarlo.
“Si no hubiéramos encontrado a su familia, lo habríamos protegido y educado como nuestro propio hijo” explica Hamid Safi.
Durante tres días, el verdadero padre de Sohail había buscado a su hijo en el atestado aeropuerto. Desesperado, este exagente de seguridad de la embajada de Estados Unidos, partió junto a su esposa y sus cuatro hijos a este país.
En agosto, el aeropuerto de Kabul había sido tomado por afganos deseosos de dejar la ciudad al mismo tiempo que las últimas tropas occidentales, tras 20 años de guerra.
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Varios afganos temían el retorno de los islamistas en el poder, al rememorar el cruel régimen de los años 1990 o por temor a represalias contra los colaboradores del anterior gobierno o de las fuerzas extranjeras.
‘Como su madre’
Solamente la semana pasada la familia de Sohail pudo encontrar al bebé en Kabul, ayudada por las redes sociales y la policía.
El niño fue entregado a su abuelo, lo que supuso una dolorosa separación para la pareja Safi y sus tres hijas.
“Me sentía responsable de él, como si fuera su madre” explica Fatimah Safi, de 27 años. “Tenía la costumbre de despertarse durante la noche (…) Ahora cuando me despierto, no está ahí, y eso me hace llorar”.
“Soy una madre. Comprendo que no estará siempre con nosotros y que necesita a sus padres” prosigue la mujer.
Su marido reconoce que “fue muy difícil” devolver al bebé.
El domingo, el abuelo de Sohail, Mirza Mohamad Qasemi, invitó a la familia Safi a su casa de Kabul para compartir unos momentos con el niño.
“Se ocuparon de él durante cinco meses, y estaban muy apegados a él” confía a la Agence France-Presse, aunque añade que los Safi fueron inicialmente reticentes a devolver al bebé.
Qasemi, que también había buscado a su nieto, se dice ahora entusiasmado con la idea de que Sohail pueda reencontrarse con sus padres en Estados Unidos. Éstos han tomado contacto con las autoridades estadounidenses pero el procedimiento va a ser largo.
“Era difícil para mi hija. Lloraba, y no comía nada” precisa el anciano, secándose las lágrimas mientras observa a Sohail dormido entre los brazos de Fatimah.
Hasta que Sohail se reúna con sus padres, su tía se ocupará de él.
A través del teléfono, su padre no podía ocultar su alegría: “Hemos estado muy tristes estos cinco últimos meses (…) Pero cuando encontramos a nuestro bebé, estuvimos felices de que Dios nos devolviera a nuestro hijo”.