La coalición liderada por Arabia Saudita lanzó este sábado una operación militar “a gran escala” en Yemen, después de que un ataque de los rebeldes hutíes dejó dos muertos y siete heridos, la primera operación de insurgentes en tres años que se salda con víctimas.
Según médicos, en un ataque retaliatorio de Riad en Yemen, tres personas murieron y seis resultaron heridas en Ajama, una localidad al norte de la capital, Saná, que está controlada por los rebeldes.
Tras el bombardeo de Riad, los hutíes advirtieron que responderán con acciones “dolorosas”, si la coalición no detiene sus “agresiones”.
El reino saudita lidera desde 2015 una coalición que apoya al gobierno de Yemen, en guerra desde hace siete años con los rebeldes hutíes. Estos últimos, cercanos a Irán, atacaron a menudo el territorio de Arabia Saudita desde Yemen.
La defensa civil del reino saudita anunció que dos personas, un saudita y un yemení, habían muerto durante un ataque en la región arábiga de Jazan, en la frontera con Yemen.
“Cayó un proyectil sobre un edificio comercial, dejando dos muertos, un saudita y un ciudadano yemení. También hubo siete heridos civiles, seis sauditas y un ciudadano bangladés”, afirmaba el comunicado oficial saudita.
Poco después de este ataque, la coalición indicó que se preparaba para “una operación militar a gran escala”.
Intensificación de los combates
Aunque los rebeldes yemeníes lanzan regularmente misiles y drones contra los aeropuertos y las infraestructuras petrolíferas de la vecina Arabia Saudita, este ataque es el primero con víctimas mortales desde 2018.
En el campo yemenita, fuentes médicas informaron que murieron tres personas y hubo otros seis heridos durante los ataques aéreos de represalia de la coalición en el noroeste de la capital de Yemen, Saná.
“Tres civiles, entre ellos un niño y una mujer, murieron en la ciudad de Ajama, y hubo seis heridos”, informaron los médicos a la Agence France-Presse.
La coalición militar internacional que lucha contra los hutíes informó que realizará una rueda de prensa el sábado.
Estos últimos tiempos se dio un recrudecimiento de los combates. En la capital, Saná, que sufre desde 2016 el bloqueo de Arabia Saudita, los bombardeos de Riad golpearon el aeropuerto, que desde el martes no puede recibir los aviones de las organizaciones humanitarias y de la ONU.
Riad afirma responder a ataques con drones que parten desde ese aeropuerto.
El jueves, la coalición, que la víspera atacó un campo militar de hutíes en Saná, afirmó haber destruido un dron explosivo que se dirigía al aeropuerto de Abha, en el sur de Arabia Saudita, que no provocó víctimas.
Ese mismo día, la marina estadounidense anunció haberse incautado en un barco de pesca procedente, según ellos, de Irán, de 1.400 fusiles de asalto AK-47 y municiones destinadas a los rebeldes yemeníes.
Teherán reconoce su apoyo político a los rebeldes pero niega suministrarles armas.
Yemen está desgarrado por una guerra civil desde que en 2014 los hutíes tomaron la mayor parte del norte del país, en un conflicto que la ONU estima que ha provocado la peor crisis humanitaria del mundo.
Según la ONU, unas 377.000 personas han muerto tanto por las consecuencias directas como por las indirectas del conflicto, sobre todo la falta de agua potable, la hambruna y las enfermedades.
En este contexto, más de un 80% de los cerca de 30 millones de yemeníes necesitan asistencia humanitaria.
El miércoles, la ONU dijo estar “obligada” a reducir la ayuda alimentaria a Yemen por la falta de fondos, en un momento en el que el hambre aumenta en este país.