La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos denunció hoy que el régimen talibán ha ejecutado al menos a 72 personas ligadas al anterior Gobierno y a sus fuerzas de seguridad, pese a la amnistía general que prometió.
“Hemos recibido denuncias de más de cien asesinatos de antiguos miembros de las fuerzas de seguridad y personas asociadas con el anterior Gobierno. Al menos 72 de ellas pueden atribuirse a los talibán” señaló la alta comisionada adjunta de la oficina de Naciones Unidas, Nada Al-Nashif.
En algunas de estas ejecuciones extrajudiciales “los cadáveres fueron mostrados públicamente, lo que ha exacerbado el miedo en una importante parte de la población”, añadió Al-Nashif.
Al menos otros 50 ejecutados extrajudicialmente eran miembros de la rama afgana del Estado Islámico, cuyos abusos recientes contra la población civil también fueron condenados por la oficina de la ONU.
En estos casos se usaron “métodos brutales de ejecución que incluyeron ahorcamientos y decapitaciones”, subrayó la “número dos” del alto comisionado.
Al-Nashif también mostró la preocupación por el reclutamiento de niños por parte del régimen talibán y el Estado Islámico.
Esto se advierte en la creciente presencia de menores en controles de seguridad, puestos de combate o incluso utilizados como guardaespaldas.
La alta comisionada también manifestó inquietud por el retroceso en los derechos de mujeres y niñas en Afganistán desde la llegada de los talibán.
Aunque el reciente decreto del 3 de diciembre sobre derechos de las mujeres presentado por los talibán “es una señal importante, aún deja muchas cuestiones sin resolver”, destacó Al-Nashif.
La ONU denuncia al régimen talibán
De los 4,2 millones de niños que actualmente no van a la escuela, un 60% son niñas, recordó Al-Nashif.
La mujer añadió que se ha prohibido a su género ejercer la mayoría de los trabajos, exceptuando algunas labores sanitarias, educativas o de asistencia.
Se cerró los comercios operados por mujeres, impidiendo el acceso de éstas al mercado. “Muchas tienen que ir acompañadas por un pariente masculino si salen de su domicilio”, criticó la alta comisionada.
Al-Nashif también mostró preocupación por las denuncias de expulsiones forzosas de la minoría étnica hazara y 59 detenciones arbitrarias.
“El respeto de los derechos fundamentales y la libertad de todo el pueblo afgano es vital para garantizar la estabilidad, y no hacerlo llevará inevitablemente a más descontento, frenando el desarrollo del país”, advirtió la “número dos” de la oficina de la ONU.
En la sesión no intervino ningún representante del régimen talibán, no reconocido por ahora por las instituciones de Naciones Unidas. Pese a esto, estuvo el embajador afgano ante la ONU en Ginebra, Nasir Ahmad Andisha, designado por el anterior Gobierno del país.
“El pueblo afgano ha demostrado que no aceptará la imposición de cualquier tipo de totalitarismo, y que quiere tomar parte activa en el futuro del país”, señaló el embajador.