Israel identificó este domingo el segundo caso de la variante ómicron del coronavirus, en una mujer que llegó recientemente desde Sudáfrica, según informaron medios locales.
La detección de este nuevo caso llega pocas horas antes de que el país cierre sus fronteras a extranjeros por un período de dos semanas, durante las cuales los israelíes que entren al país deberán someterse a una cuarentena de al menos tres días.
El primer caso de la nueva variante había sido identificado el pasado día viernes por la mañana -una mujer llegada desde Malawi- y pocas horas después el Gobierno prohibió los vuelos desde y hacia casi todo África, con excepción de Egipto y el Magreb.
El Ministerio de Sanidad advirtió además que estaba investigando a 12 pacientes más como posibles portadores de la nueva cepa del coronavirus.
Además de el cierre de fronteras a extranjeros, el Ejecutivo decidió restablecer la vigilancia por parte de los servicios de inteligencia de los contagiados que regresen del exterior y limitar los actos públicos a un máximo de 50 personas.
En base a estas medidas, el ministro de Sanidad, Nitzán Horowitz, señaló hoy que Israel tiene a la nueva variante “bajo control” y llamó a la población a no entrar en pánico.
Tras la detección ayer de 170 nuevos casos, Israel tiene actualmente 7.488 pacientes activos y desde hace más de un mes registra tasas de positivos diarias por debajo del 1%.
Tras vacunar a más del 60% de su población con dos dosis y casi el 50% con una dosis de refuerzo, comenzó la semana pasada a inocular a niños de entre 5 y 11 años.