El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, se reunió el lunes con el presidente de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, en Sharm el Sheij.
Esto, en la primera visita de un jefe de gobierno israelí a Egipto en más de una década.
Egipto siempre ha desempeñado un papel de mediador en los ciclos de violencia entre Israel y Hamás, en el poder en la Franja de Gaza.
Egipto recibe de manera regular a Hamás, así como a su rival, la Autoridad Palestina liderada por Mahmud Abas. Esto, al mismo tiempo que mantiene relaciones diplomáticas, comerciales y de seguridad con Israel.
Pocos días después de haber recibido a Abas, Sisi se reunió con el derechista Bennett, reanudando así encuentros que habían sido frecuentes hasta 2011.
Ambos hablaron sobre “los esfuerzos para reactivar el proceso de paz” entre israelíes y palestinos. Esto, en punto muerto desde 2014, según dijo el portavoz presidencial, Basam Radi.
El domingo, el jefe de la diplomacia israelí, Yair Lapid volvió a recordar “la importancia vital de Egipto”.
Este proyecto, recalcó, “no verá la luz sin el apoyo de los socios egipcios y su capacidad para hablar con todas las partes implicadas”.
Según Nael Shama, especialista en política exterior egipcia, la visita de Bennett supone un “paso importante dado el desarrollo de las relaciones económicas y de seguridad” entre ambos países.
A esto se suma su “preocupación común” respecto a Gaza, y también para el proyecto “reactivar las conversaciones entre Israel y la Autoridad Palestina”.
Cooperación de Egipto en el Sinaí
En 2019, en la cadena estadounidense CBS, Sisi había reconocido que su ejército operaba junto a Israel contra los “terroristas” en el norte del Sinaí (este), calificando esta cooperación como la “más estrecha” que había existido nunca entre los dos vecinos.
En virtud del tratado de paz que puso fin al estado de guerra entre ambos países, Egipto ha recuperado la soberanía sobre la península del Sinaí ocupada por Israel desde 1967, pero a condición de desmilitarizar la zona.
Sin embargo se enfrenta desde 2013 a una insurgencia liderada por una rama del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Los dos países también han desarrollado sus lazos en el ámbito energético, una cuestión estratégica en el Mediterráneo oriental, y desde 2020, Egipto recibe gas natural de Israel para licuarlo y reexportarlo a Europa, un acuerdo valorado en 13.300 millones de euros (15.700 millones de dólares).
El último encuentro entre un presidente egipcio y un primer ministro israelí se remonta a enero de 2011.
El difunto Hosni Mubarak recibió al entonces primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
Pocos días después, Mubarak fue derrocado por una revuelta popular, seguida dos años más tarde por el derrocamiento de su sucesor Mohamed Mursi y la toma del poder por parte de Sisi.