Afganistán está al borde del precipicio y las fuerzas de seguridad de la nación casi se han derrumbado tras la ofensiva talibán, que ha dado a los insurgentes el control de gran parte del país.
A continuación, preguntas y respuestas para ayudar a comprender la situación actual.
¿Cuál es la estrategia talibán?
Los talibanes nunca han ocultado lo que quieren: la resurrección completa de su emirato islámico que gobernó Afganistán entre 1996 y 2001.
Se han llevado a cabo muchos análisis para determinar con exactitud cómo lograrían su objetivo. A través de conversaciones, mediante la fuerza o con una combinación de ambas.
Al final, su estrategia militar resultó suficiente. Abrumar a las fuerzas gubernamentales con múltiples ataques contra diversos objetivos en todo el país.
Para lograrlo, primero negociaron la salida de tropas estadounidenses y extranjeras del territorio afgano. Esto, a través de un acuerdo con Estados Unidos, país cansado tras más de 20 años de guerra. Además se comprometieron a no atacar objetivos estadounidenses a cambio de su retirada.
Parte del acuerdo también significó que Washington presionó al gobierno afgano para que liberara a miles de prisioneros talibanes, la mayoría de los cuales se reincorporaron de inmediato al combate con los insurgentes.
Con éxitos tan impresionantes en los últimos ocho días, los talibanes pueden aspirar ahora a una rendición incondicional del gobierno afgano.
Si Kabul resiste, se espera que los talibanes presionen fuertemente en torno a la capital.
¿Qué pasó con el ejército afgano?
Sin duda, se publicarán libros y se darán conferencias durante años, si no décadas, sobre este tema. ¿Qué fue exactamente lo que salió mal con las fuerzas de seguridad afganas?
La corrupción, la falta de voluntad de luchar y el vacío creado por la salida de Estados Unidos probablemente jugaron un papel en el deceso del ejército afgano.
Durante años, el gobierno de Estados Unidos emitió informes en los que se detallaba una gran cantidad de casos de corrupción dentro de las fuerzas de seguridad afganas.
Los comandantes habitualmente se quedaron con dinero destinado a sus tropas, vendieron armas en el mercado negro y mintieron sobre el número de soldados en sus filas.
Las fuerzas afganas también dependían por completo del poder aéreo estadounidense, desde la logística hasta los ataques, además del mantenimiento.
Y para empeorar las cosas, las fuerzas de seguridad afganas nunca tuvieron un liderazgo eficaz e importante.
Fueron dirigidos por civiles en el palacio presidencial con poca experiencia militar, o ignorados por generales veteranos que parecían más involucrados en luchas políticas insignificantes que en la gran guerra que se avecinaba.
Las unidades de comando que entrenó Estados Unidos eran la esperanza, pero filialmente no fueron suficientes para afrontar la lucha.
¿Cómo puede terminar todo?
Los talibanes tienen la ventaja en todos los ámbitos.
El gobierno de Kabul ahora controla sólo tres ciudades importantes, y es poco probable que le quede un margen de maniobra logística para organizar una defensa exitosa de la capital.
Los talibanes se están moviendo rápidamente hacia Kabul con informes que sugieren que sus combatientes están progresando en los flancos del norte y el sur de la capital.
Es muy probable que Estados Unidos y la comunidad internacional estén presionando a los talibanes y al gobierno afgano para que lleguen a algún tipo de acuerdo.
Pero, al final, los talibanes tienen todas las cartas en sus manos.