El secretario general del grupo libanés Hezbolá, Hasan Nasralá, dijo que no quiere una guerra con Israel, pero que está preparado para ganarla.
Esto, en medio de un repunte de tensión en la frontera derivado de intercambios de ataques recientes desde el Estado judío y el Líbano.
“No estamos buscando la guerra, tampoco la queremos. Pero estamos preparados para ella y la vamos a ganar”, dijo hoy el líder de Hezbolá.
Nasralá hizo estas declaraciones un día después de que el grupo lanzara una veintena de cohetes desde el sur del Líbano hacia Israel.
Hezbolá entonces alegó que el lanzamiento de cohetes fue en respuesta al bombardeo aéreo de Israel la víspera. Se trata del primer ataque desde la guerra que libraron en 2006.
En este sentido, Nasralá agregó que la respuesta de su formación a otros ataques aéreos israelíes “puede ser en cualquier lugar del norte de la Palestina ocupada, ya sea en Galilea o en el Golán”.
“Nuestras opciones están abiertas”, aseveró el líder de Hezbolá.
Primer ataque tras guerra de 2006
El pasado miércoles, tres cohetes fueron lanzados desde el Líbano contra territorio israelí. La acción no se reivindicó por ningún grupo pero que Israel sospecha de facciones palestinas presentes en el sur del país árabe.
Israel respondió con tres rondas de artillería y, horas más tarde, durante la madrugada del pasado jueves, con un bombardeo.
Esta acción aérea fue la primera perpetrada por el Estado judío en el Líbano en 15 años, de acuerdo con el presidente libanés, Michel Aoun.
El mandatario además lo consideró una “violación flagrante y peligrosa” de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
La escalada de tensión se produce cuando el Líbano roza el colapso, azotado por una grave crisis económica, con la inflación disparada y con escasez de productos básicos, medicinas y combustible; mientras perdura el bloqueo político a la espera de que el primer ministro designado, Najib Mikati, el tercero en menos de un año, forme gobierno en los próximos días.