El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, prometió este lunes que responderá de forma “colectiva”, junto a sus aliados, al ataque a un buque cisterna el pasado jueves frente a la costa de Omán, y del que culpa a Irán.
En una rueda de prensa en el Departamento de Estado, Blinken aseguró estar “seguro” de que Irán fue el responsable de ese ataque, que causó dos muertos, a pesar de que Teherán ha negado ese extremo.
“Estamos en contacto muy estrecho con el Reino Unido, Israel, Rumanía y otros países, y habrá una respuesta colectiva”, agregó el jefe de la diplomacia estadounidense.
Los países que citó Blinken son los tres que, junto a Estados Unidos, han acusado a Irán de estar detrás de la agresión al barco Mercer Street, de propiedad japonesa pero operado por una empresa del multimillonario israelí Eyal Ofer.
El ataque, que fue perpetrado por un dron, causó la muerte de dos miembros de la tripulación – un ciudadano rumano y otro británico-, cuyos países convocaron este lunes a los embajadores iraníes en Londres y Bucarest.
“Irán sigue actuando con una falta de responsabilidad tremenda, en este caso, con amenazas a la navegación, al comercio, a marineros inocentes que simplemente están implicados en el tránsito comercial en aguas internacionales”, subrayó Blinken.
El Gobierno iraní calificó este lunes de “infundadas y provocadoras” las acusaciones sobre la supuesta autoría iraní del ataque, y urgió a los países que lo han señalado a presentar pruebas.
“La República Islámica de Irán no duda en proteger su seguridad y sus intereses nacionales y responderá de modo inmediato, fuerte y firme a cualquier posible acto de aventurerismo”, advirtió el portavoz iraní de Exteriores, Said Jatibzadeh.
El portavoz denunció, además, que esos mismos países que ahora acusan a Irán “guardaron silencio ante los sabotajes terroristas contra buques mercantes iraníes en el Mar Rojo y aguas internacionales”, de los que Teherán responsabilizó a Israel.
En los últimos meses se han registrado numerosos ataques contra buques israelíes e iraníes en el marco de la guerra encubierta que libran los dos países, que también ha incluido sabotajes a instalaciones nucleares de Irán.
Israel ve a Irán como una amenaza existencial, bombardea intermitentemente las posiciones de milicias iraníes o aliadas en Siria y se opone a las actuales negociaciones para rescatar el acuerdo nuclear de 2015 con Irán.
Tras el ataque al Mercer Street, el Ministerio de Exteriores de Israel inició una serie de contactos para lograr “una respuesta internacional y efectiva” a lo que considera “terrorismo iraní”, y consiguió enseguida el respaldo de Estados Unidos.