El partido árabe Raam, dirigido por el islamista Mansur Abas, formalizó este miércoles por la noche su apoyo al proyecto de coalición contra el actual primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y retiró así uno de los últimos obstáculos para la formación de un nuevo gobierno.
Abas “firmó el acuerdo de coalición para formar un gobierno de unidad”, indicó en un comunicado la oficina del jefe de la oposición Yair Lapid.
Lapid tiene hasta las 23:59 locales (17:00 en Chile) para anunciar al presidente israelí que cuenta con una mayoría para formar gobierno.
Lo anticiparon el sábado, casi que lo anunciaron el domingo, y desde el lunes el país entero está en vilo, a la espera de si, tras cuatro elecciones generales en dos años, el denominado bloque opositor logrará o no formar Gobierno.
Este Ejecutivo consistiría de una extraña mezcla de partidos, incluyendo a ultraderechistas e izquierdistas, religiosos y laicos. Hasta un partido islamista se incluyó, algo insólito en la historia del país.
Otra de sus particularidades sería que contaría con dos primeros ministros. El ultranacionalista Naftali Benet, líder de Yamina, ocuparía el cargo durante dos años antes de transferirlo al centrista Yair Lapid, que encabeza la formación Yesh Atid y cuyo mandato para formar Gobierno está por expirar.
“Traición”
Según la prensa israelí, Levin, podría verse tentado de retrasar una semana el voto de confianza en el Parlamento. Esto, con la esperanza de que en ese tiempo se resquebraje el bando anti-Netanyahu.
Los abogados del Likud sometieron a la presidencia de Israel sus dudas sobre la constitucionalidad del proyecto de rotación en el gobierno esbozado por Yair Lapid.
Según un texto consultado, la presidencia descartó el tema legal y recordó que Bennett podría ser el primero en asumir la jefatura del gobierno.
Además los partidarios de Netanyahu ven un posible acuerdo gubernamental como una “traición”. En medio de esta crispación se ha reforzado la seguridad de Bennett y Lapid, según sus formaciones.