Casi medio millón de personas murieron en la última década en Siria, desde el inicio de la revolución en marzo de 2011 que derivó en una cruenta guerra que ha devastado el país y a su población, de acuerdo al último balance del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Según ha podido documentar la ONG, con sede en Londres pero con una amplia red de colaboradores sobre el terreno, al menos 494.438 personas han perdido la vida, 159.774 de las cuales fueron víctimas civiles, desde el 15 de marzo de 2011, cuando dio comienzo la revolución, hasta el pasado 30 de mayo.
Entre las víctimas civiles hay un total de 25.048 menores y 15.135 mujeres, detalló el Observatorio.
El resto de fallecidos incluye a miembros de las fuerzas leales al Gobierno sirio, milicias aliadas, combatientes de grupos armados opositores y yihadistas, así como de la alianza liderada por kurdos Fuerzas de Siria Democrática (FSD), entre otros.
El nuevo balance del Observatorio se basa en una investigación de seis meses en la que la ONG pudo confirmar la muerte de otras 105.015 personas, cuyos fallecimientos no pudieron ser comprobados con anterioridad.
Al menos 42.103 civiles, entre los que hay 2.748 niños, figuran en la nueva cifra hecha pública este martes.
El Observatorio indicó que los casi 500.000 muertos no incluyen a los 47.000 ciudadanos que perdieron la vida por torturas en las cárceles del régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, quien la semana pasada ganó las elecciones presidenciales y se hizo con su cuarto mandato para los próximos siete años.
Además de los muertos, más de dos millones de ciudadanos sirios fueron heridos de diferente gravedad o sufren discapacidades permanentes, según la ONG, que añadió que otros 13 millones se quedaron sin hogar.
Tras una década de conflicto, Siria está sumida en una grave crisis económica y la escasez de productos básicos como combustible y pan, una situación de la que el Gobierno responsabiliza a las últimas sanciones impuestas por Estados Unidos contra Al Asad y su entorno.
Según datos de la ONU, más del 80 % de los sirios vive por debajo del umbral de la pobreza; más de 11 millones de una población de algo más de 17 millones necesitan ayuda humanitaria; el 60 % no puede permitirse una comida al día y 6,2 millones están desplazados en el país, además de casi otros tantos que lo han abandonado.