Durante su operación militar contra Gaza, el ejército israelí incrementó los ataques contra el “Metro”, como se conoce a la compleja red de galerías subterráneas que facilita a los combatientes de Hamás circular a salvo de drones y atacar a Israel sorpresivamente.
Para eludir al bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza, impuesto después que el movimiento islamista armado Hamás tomara el poder en el enclave en 2007, los palestinos horadaron centenares de túneles por debajo de la frontera terrestre de 14 kilómetros entre el pequeño territorio y el Sinaí egipcio.
Objetivo de esta misión: hacer circular a personas, mercancías, pero también armas y municiones entre Gaza y el resto del mundo.
Durante años, Hamás y la Yihad Islámica han introducido cohetes transportados desde Irán primero a Sudán y después, mediante redes de contrabando, hacia Egipto antes de llegar a Gaza.
En estos últimos años, Egipto, a solicitud de Israel, ha inundado o destruido estos túneles. También durante la guerra de Gaza de 2014, el ejército israelí realizó un operativo terrestre y bombardeó túneles que permitían salir del enclave.
“Pero, desde 2014, el cometido principal de Hamás ha sido construir una red de túneles subterráneos que permitan los movimientos a través de toda Gaza”, de acuerdo a un oficial militar israelí, quien calculó que el costo de cada km de galería es de unos 500.000 dólares (unos 610.000 euros).
Combatientes y sus comandantes, a veces hasta a 30 o 40 metros bajo tierra, pueden circular por allí y así protegerse de los ataques, mientras que las baterías de lanzacohetes, ubicadas a pocos metros de profundidad, pueden desplazarse mediante un sistema de trampillas para disparar y rápidamente esconderse de nuevo, de acuerdo a imágenes del ejército israelí.
Red subterránea
“No sabemos dónde se encuentran exactamente todos esos túneles (…) Pero calculamos que hemos destruido unos 100 km”, añade el alto oficial israelí, afirmando que cada “brigada” de Hamás controla una parte de éstos, que forman una vasta red subterránea.
En la madrugada del 14 de mayo, el ejército intentó dar la impresión de que sus tropas iban a penetrar en Gaza y de esta manera obligar a los combatientes de Hamás a refugiarse en determinados túneles, y después bombardear con insistencia desde el aire este hormiguero humano.
En principio, los militares afirmaron haber abatido a “muchos” miembros de Hamás, pero sin aclarar el número.
“El ataque contra los túneles fue mortífero. Pero los expertos [del ejército] responsables de predecir y evaluar los daños provocados no consideraron los efectos sobre las casas bajo las cuales se excavaron túneles”, indicó este viernes el diario Yediot Aharonoth.
En el barrio de Al Rimal, en el paseo marítimo de Gaza ciudad, las casas se desmoronaron tras los bombardeos israelíes puesto que sus cimientos no pudieron sostenerse, causando muchas muertes, de acuerdo a las autoridades locales.
Unas horas después de entrar en vigor, este viernes, un cese el fuego entre Israel y los movimientos armados palestinos, rescatistas encontraron en un túnel, cerca de Jan Yunis en el sur del enclave, los cadáveres de cinco combatientes y a una decena de sobrevivientes, todos miembros de las brigadas Al Qasam, brazo armado de Hamás.
A medida que se remueven los escombros de los túneles, cuya extensión es difícil de determinar por una fuente independiente, el número de víctimas en Gaza en estos once días de combates con Israel podría aumentar todavía más