Cientos de palestinos resultaron heridos en enfrentamientos ocurridos el fin de semana en Jerusalén Este entre manifestantes y fuerzas de seguridad israelíes, que desataron preocupación internacional por la posible propagación de las tensiones.
La violencia alrededor de la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén y la Ciudad Antigua, principalmente de noche, es el peor que se ha visto desde 2017 y fue provocado por los planes de colonos judíos de ocupar casas de palestinos en Jerusalén Este.
Los enfrentamientos abarcaron partes de Cisjordania, y a primeras horas del domingo se lanzó un cohete desde Gaza “hacia territorio israelí”, informó el ejército israelí, que añadió que su aviación respondió bombardeando “un puesto militar de Hamas” en el sur de la Franja de Gaza, un enclave palestino de dos millones de habitantes.
El papa Francisco llamó este domingo a la calma en la ciudad santa, diciendo que “la violencia solo engendra violencia. Detengamos estos enfrentamientos”.
En tanto, el ministerio de Relaciones Exteriores de Túnez dijo que convocó a una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU el lunes para discutir la creciente violencia.
La noche del sábado, un centenar de palestinos fueron heridos en los enfrentamientos, según la Media Luna Roja (Cruz Roja) palestina, mientras que la policía israelí informó de 11 heridos entre sus agentes.
El viernes por la noche, los enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del islam (llamado Monte del Templo por los judíos) entre policías israelíes y palestinos dejaron más de 200 heridos.
Las fuerzas de seguridad israelíes también usaron un cañón de agua pútrida para dispersar a los palestinos, algunos de los cuales lanzaron proyectiles contra la policía en estos choques desarrollados en distintas zonas de Jerusalén Este.
Decenas de miles de palestinos rezaron con relativa tranquilidad la noche del sábado en la Explanada después de Aíd al Fitr, la comida que rompe el ayuno durante el Ramadán. El director de la mezquita de Al Aqsa, situada en la Explanada, llamó a los fieles a “la calma”, constató un periodista de la AFP.
En el barrio de Sheij Jarrah, escenario de protestas diarias desde hace varios días contra el posible desalojo de familias palestinas para instalar a colonos israelíes, los palestinos volvieron a echarse a la calle y arrojaron piedras a las fuerzas de seguridad israelíes, que afirman haber detenido a dos personas por usar “gas pimienta” contra sus agentes.
Bloqueos
Antes, la policía había informado que restringió el acceso a la Ciudad Vieja de Jerusalén Este para impedir a los palestinos “participar en disturbios violentos”.
La policía detuvo un autobús que venía del sur de Jerusalén y arrestó a algunos de los pasajeros palestinos, constató un periodista de la AFP.
“Quieren impedirnos ir a Al Aqsa”, declaró Ali al Komani, de 40 años, cerca de la entrada del lugar sagrado.
“Israel actúa de forma responsable para hacer respetar la ley y el orden en Jerusalén garantizando a la vez la libertad de culto”, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en una reunión con altos cargos de seguridad.
Desde hace semanas la tensión es palpable en Jerusalén y en Cisjordania, otro territorio palestino ocupado por Israel, donde los palestinos se han manifestado contra las restricciones de acceso impuestas por Israel en determinados sectores durante el Ramadán y la posible expulsión de palestinos en Sheij Jarrah.
Los choques en la Explanada fueron los más violentos desde los de 2017, cuando Israel colocó detectores de metales en la entrada del lugar. Finalmente renunció a hacerlo.
Mensaje de Hamas
Hamas pidió a los palestinos permanecer en la Explanada hasta el final del Ramadán, y amenazó a Israel con ataques si la Corte Suprema ratifica los desalojos de Sheij Jarrah, en un dictamen previsto el lunes.
En la Franja de Gaza, cerca de la valla que separa el territorio palestino de Israel, los soldados israelíes lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes palestinos.
También hubo lanzamientos de globos incendiarios desde Gaza hacia el sur de Israel. Según las autoridades israelíes no causaron daños.
Estados Unidos pidió a los altos cargos “israelíes y palestinos que actúen para poner fin a la violencia”, y expresó su preocupación por “la posible expulsión de familias palestinas de Sheij Jarrah”.
Arabia Saudita, líder de las monarquías del Golfo Árabe, ha denunciado estas posibles expulsiones. Irán, Túnez, Pakistán, Turquía, Jordania y Egipto han condenado las acciones israelíes.
Y el cuarteto para Oriente Medio (Estados Unidos, Rusia, la ONU y la UE) llamó a Israel a “actuar con moderación”.