Irán denunció este domingo que el corte eléctrico registrado en la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz es “un acto terrorista” que busca dinamitar las negociaciones en curso para salvar el acuerdo nuclear de 2015.
El jefe de la agencia atómica iraní, Alí Akbar Salehí, urgió al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) a “actuar ante este terrorismo nuclear” y advirtió de que su país “se reserva el derecho de tomar acciones contra sus autores”.
“Para frustrar los objetivos de los autores de ese acto terrorista, la República Islámica del Irán continuará desarrollando con determinación la tecnología nuclear”, subrayó el responsable, citado por la agencia estatal IRNA.
Ni víctimas ni contaminación
El suceso se registró en una zona de la red de distribución eléctrica de Natanz, una planta de unos 100.000 metros cuadrados situada en el centro del país y construida ocho metros bajo tierra para evitar ataques.
El portavoz de la agencia atómica del país, Behruz Kamalvandí, informó de que el incidente “no provocó heridos ni contaminación” y que sus causas están “bajo investigación”.
Kamalvandí explicó que se produjo un corte de electricidad, sin especificar si afectó a toda la instalación o solo a una parte.
Las dudas sobre lo ocurrido surgieron desde que a primera hora de hoy se conociera el incidente, ya que el 2 de julio de 2020 hubo un incendio en una sala de montaje de centrifugadoras avanzadas que provocó una gran destrucción de equipos y que fue calificado de “sabotaje”.
El complejo nuclear Shahid Ahmadi Roshan de Natanz es uno de los sitios que está siendo monitoreado por el OIEA en virtud del acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y seis grandes potencias y del que Washington se retiró en 2018 para volver a imponer sanciones a Teherán.
Un apagón “sospechoso”
Salehí no responsabilizó a ningún país en concreto de lo ocurrido, pero han sido inevitables las especulaciones sobre una posible acción israelí. También en 2010 fue usado para atacar Natanz el virus Stuxnet, que se cree fue desarrollado por EE.UU. e Israel.
Varios medios israelíes hablaron de que el apagón fue provocado por un ciberataque, mientras que un diputado iraní, miembro de la comisión de Energía del Parlamento, Malek Shariati Niasar, calificó lo ocurrido de “muy sospechoso”.
“Este incidente en el Día Nacional de la Tecnología Nuclear y durante los esfuerzos de Irán para obligar a Occidente a levantar las sanciones es muy sospechoso de ser sabotaje e infiltración”, subrayó el parlamentario en Twitter.
Esta semana se han celebrado reuniones en Viena de los miembros del acuerdo nuclear de 2015 para intentar salvar el acuerdo y lograr el regreso al mismo tanto de EE.UU. como de Irán, que comenzó a incumplir sus compromisos en 2019 en respuesta a las sanciones.
Las conversaciones continuarán la próxima semana y en ellas está participando una delegación estadounidense aunque de forma indirecta, mediante intermediarios, ante la negativa de Irán de un diálogo directo.
Dañar las negociaciones
Israel se opone fervientemente al pacto nuclear. Durante la visita de hoy del jefe del Pentágono, el general Lloyd Austin, el ministro de Defensa israelí, Beny Gantz, señaló que seguirán “trabajando con EE.UU. para garantizar que cualquier nuevo acuerdo con Irán evite una escalada nuclear en la región y proteja al Estado de Israel”.
El acuerdo nuclear solo permite a Irán usar centrifugadoras de primera generación IR-1 y enriquecer uranio a una pureza máxima del 3,67 %, pero ambos límites han sido incumplidos por Teherán en represalia por las sanciones de Washington.
De hecho ayer, con motivo del Día Nacional de la Tecnología Nuclear, se llevó a cabo en Natanz la inyección de gas en una cascada de 164 centrifugadoras IR-6 y en una de 30 centrifugadoras IR-5, mientras se realizó un test mecánico en centrifugadoras IR-9.
“La acción tomada contra el centro de enriquecimiento de Natanz muestra el fracaso de la oposición al progreso industrial y político del país”, denunció el jefe de la agencia atómica iraní.
Según Salehí, no tendrán éxito esos esfuerzos que buscan impedir “el desarrollo significativo de la industria nuclear y las negociaciones exitosas para levantar las sanciones opresivas”.