Este martes, Israel, Emiratos Árabes Unidos y Baréin firmaron los “Acuerdos de Abraham”, para la normalización de relaciones diplomáticas en la Casa Blanca.
“Marcamos el amanecer de un nuevo Medio Oriente”, afirmó en su alocución el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, país que auspició las negociaciones, agregando que los acuerdos permitirán a musulmanes en todo el mundo visitar los lugares históricos dentro de las fronteras de Israel.
En la ceremonia también habló el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, instando a otros países a seguir el ejemplo y a unirse “a nosotros en traer paz a todos los hijos de Abraham”.
“Yo conozco el precio de la guerra”, expresó, recordando que él mismo, así como su hermano, fueron heridos en combate, viendo amigos morir.
Sostuvo que el trabajo diplomático puede “terminar el conflicto árabe-israelí de una vez por todas”, logrando que los beneficios económicos de la paz “se sientan en todos los rincones de la región”.
En la ceremonia también participan los ministros de Relaciones Exteriores de Emiratos Árabes Unidos y Baréin, Abdullah Bin Zayed Al Nahyan y Abdullatif Bin Rashid Al-Zayani, respectivamente.
El representante de Baréin, por su parte, aprovechó de pedir una “solución de dos Estados” para los palestinos.
Rechazo palestino
La firma de los acuerdos de normalización prevista para este martes en Washington marca “un día sombrío” en la historia del mundo árabe, declaró el lunes el primer ministro palestino, Mohamed Shtayé.
En el pasado, la resolución del conflicto israelo-palestino era considerada una condición indispensable para la normalización de las relaciones entre los países árabes e Israel, que en particular ha ocupado los territorios palestinos de Cisjordania y Jerusalén este desde hace más de 50 años.
Pero, en los últimos años, Israel y Estados Unidos han intentado convencer a los países del Golfo de revertir la ecuación sobre la base del miedo común a Irán, y así normalizar sus relaciones con el Estado hebreo sin una paz israelo-palestina previa.
Netanyahu, quien llegó el lunes a la capital estadounidense según sus servicios, se congratuló por los “acuerdos de paz históricos” con Emiratos y Baréin, dos países con los que Israel nunca estuvo en guerra.
Emiratos y Baréin tienen en común con Israel la animosidad hacia Irán que también es el enemigo número uno de Estados Unidos en la región.
Desde hace años, varios estados árabes petroleros cultivan discretos lazos con autoridades israelíes pero esta normalización de relaciones ofrece muchas oportunidades, especialmente económicas, a países que buscan superar los perjuicios causados por la pandemia.