Este viernes, y mientras se conmemora el aniversario número 19 de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el presidente estadounidense Donald Trump anunció un nuevo un “acuerdo de paz” entre un país árabe e Israel.
Esta vez se trata de Baréin, que se convertiría así en el cuarto país árabe en normalizar relaciones diplomáticas con el estado hebreo, detrás de Egipto (1979) y Jordania (1994), y el segundo en menos de un mes, tras los Emiratos Árabes Unidos.
La información fue también confirmada por el primer ministro israelí, Benjamín Netanjahu, y por el rey de Baréin, Hamad bin Isa Al-Khalifa, según lo constató Arab News.
“¡Otro avance histórico hoy!”, tuiteó el inquilino de la Casa Blanca. “Nuestros dos grandes amigos, Israel y el Reino de Baréin, han concluido un Acuerdo de Paz”, publicando también un comunicado conjunto.
Joint Statement of the United States, the Kingdom of Bahrain, and the State of Israel pic.twitter.com/xMquRkGtpM
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 11, 2020
“Ciudadanos de Israel, estoy emocionado de anunciarles que esta noche lograremos otro acuerdo de paz con otro país árabe, Baréin. Este acuerdo se suma a la paz histórica con Emiratos Árabes Unidos”, declaró por su parte Netanyahu en un comunicado en hebreo.
La decisión de Baréin de establecer relaciones con Israel impulsará la “seguridad, estabilidad y prosperidad” de la región, declaró por su parte uno de los consejeros del rey y ex ministro de Relaciones Exteriores, Jalid al Jalifa.
“Manda un mensaje positivo y alentador al pueblo de Israel de que solamente una paz justa y global con el pueblo palestino es el mejor camino”, añadió mediante un tuit.
Un Estado palestino era condición
La noticia sorprende particularmente, dado que Baréin objetó públicamente hace menos de dos semanas normalizar las relaciones con Israel, durante la gira del secretario de Estado (jefe de la diplomacia) de los Estados Unidos, Mike Pompeo.
Normalizar las relaciones entre Israel y los aliados de Estados Unidos en Medio Oriente, incluidas las ricas monarquías del Golfo, es un objetivo clave de la estrategia regional implementada por Trump para contener a Irán, enemigo íntimo de Washington y también del Estado hebreo.
Baréin, un pequeño reino del Golfo, e Israel comparten con otros países árabes de la región la misma hostilidad hacia Irán, país al que acusan de injerencia. En específico, le acusan de instrumentalizar a la comunidad chiíta de Baréin contra la dinastía sunita gobernante.
Pero las autoridades de Baréin subrayaron entonces ante Pompeo la necesidad de crear un Estado palestino antes de cualquier normalización.
Baréin mantuvo una posición cercana a la de su aliado Arabia Saudita, peso pesado de la región, que no criticó el acuerdo del 13 de agosto, pero descarta una normalización con Israel hasta que no haya una solución a la cuestión palestina, así como una retirada israelí de los territorios ocupados en 1967.
El comunicado conjunto emitido por la Casa Blanca especifica que Baréin se unirá a una ceremonia de firma programada para el martes en la sede de la presidencia estadounidense en presencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.