El presidente libanés, Michel Aoun, afirmó este domingo que “llegó el momento” de declarar a Líbano un Estado laico, durante un discurso de cara al centenario del país de Medio Oriente.
“Pido la proclamación de Líbano como un Estado laico”, dijo Aoun en ese discurso, en el que señaló que el país necesita “cambiar el sistema”, tras meses de profunda crisis económica y la enorme explosión en el puerto de Beirut a principios de agosto.
Aoun lanzó este pedido al asegurar que está “convencido” de que “solo un Estado laico es capaz de proteger el pluralismo, preservarlo transformándolo en verdadera unidad”.
El presidente libanés formuló estas declaraciones en vísperas de la visita de su homólogo francés Emmanuel Macron, quien ya se manifestó a favor de profundas reformas en el país de Medio Oriente cuando visitó Beirut poco después de la mortífera explosión del 4 de agosto.
El líder del movimiento chiita Hezbolá, Hasan Nasralá, también aseguró el domingo que está dispuesto a debatir un nuevo “pacto político” en Líbano, donde las comunidades religiosas se reparten el poder en un complejo sistema.
Aoun había hecho hasta ahora caso omiso a las reivindicaciones del movimiento de contestación libanés que surgió en octubre de 2019.
Pero este domingo por la noche se comprometió a “pedir un diálogo entre las autoridades religiosas y los dirigentes políticos para encontrar una fórmula aceptable para todos”, que probablemente implicaría una reforma constitucional.
Macron criticó el viernes “los límites de un sistema confesional” que llevó Líbano a “una situación en que prácticamente no hay regeneración (política) y en que es casi imposible aplicar reformas”.
Tras la devastadora explosión en el puerto de Beirut, que provocó al menos 188 muertos, la comunidad internacional aumentó su presión sobre los dirigentes libaneses para que impulsen una ambiciosa reforma de un país que atraviesa una profunda crisis política, económica y social.
Más de la mitad de la población de Líbano puede tener dificultades para conseguir alimentos debido a la agravación de la crisis económica y la destrucción de una gran parte del puerto de Beirut, advirtió el domingo la ONU.