Más de la mitad de 55 hospitales evaluados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Beirut, entre ellos tres de los más importantes, no funcionan, advirtió este miércoles el director regional de emergencias de la institución, Richard Brennan, una semana después de la violenta explosión que destruyó parte de la capital libanesa.
Tras evaluar el estado de 55 clínicas y centros de salud en la capital libanesa, “sabemos que un poco más del 50% no funcionan”, dijo Brennan en una conferencia de prensa telemática en El Cairo, donde precisó que tres de los principales hospitales están fuera de servicio y otros otros tres no funcionan a plena capacidad.
Los tres principales hospitales están fuera de servicio y otros tres no funcionan a pleno rendimiento, según Brennan. “Esto significa que hemos perdido 500 camas”.
Brennan instó a las autoridades y a sus socios a “restablecer la capacidad de estos centros lo antes posible” para responder a las necesidades del país, afectado asimismo por la pandemia de covid-19.
Tras la explosión del 4 de agosto que dejó 171 muertos y más de 650.000 heridos en un país minado ya por una crisis económica sin precedentes, los hospitales ya saturados de por sí, se vieron desbordados por la avalancha de heridos. Muchos, además sufrieron importantes daños por la explosión y perdieron personal.
Según Iman Shankiti, representante de la OMS para Líbano, las unidades de cuidados intensivos y las camas que se salvaron están ocupadas por heridos graves. La explosión combinada a la pandemia tendrá un “impacto en la capacidad de hospitalización de Líbano”, en particular en los servicios de reanimación, según ella.
El martes se registró un récord de contagios diarios por el nuevo coronavirus con 309 casos y siete fallecidos. En total, el país ha registrado 7.121 casos y 87 muertos desde febrero según el último balance oficial.