Al menos 16 funcionarios del puerto de Beirut, en el Líbano, y autoridades aduaneras fueron detenidos como parte de la investigación sobre la devastadora y mortífera explosión del martes de un depósito con toneladas de nitrato de amonio, anunció este jueves el fiscal militar.
Se trata de funcionarios “del consejo de administración del puerto de Beirut y de la administración de aduanas, y de responsables de trabajos de mantenimiento y de los (obreros) que realizaron trabajos en el hangar” donde se almacenaba el nitrato de amonio, precisó el fiscal militar Fadi Akiki en un comunicado.
“Dieciséis personas están detenidas en el marco de la investigación”, indicó el comunicado sin precisar la fecha de su detención, su identidad o las acusaciones en su contra. Fueron detenidas el miércoles o el jueves, según una fuente cercana al expediente.
Según las autoridades, se originó en el depósito donde se guardaban 2.700 toneladas de nitrato de amonio desde hace seis años “sin medidas de precaución”, según el primer ministro Hassan Diab.
Las autoridades portuarias, los servicios de aduanas y algunos servicios de seguridad eran conscientes de que allí se almacenaban sustancias químicas peligrosas, pero se atribuyen mutuamente la responsabilidad.
La ira popular está en ebullición en el Líbano tras la explosión causada debido a un enorme almacenamiento de nitrato de amonio que permaneció durante años en un desvencijado galpón.
Las explosiones causaron al menos 137 muertos y 5.000 heridos en la capital libanesa, además de cientos de miles de afectados, que quedaron sin hogar. Rescatistas y familiares continúan buscando a decenas de desaparecidos, y se espera que el número de muertos aumente, en un país actualmente golpeado por el coronavirus y por la pobreza.
Una fuente de los servicios de seguridad indicó a la AFP que el nitrato de amonio había sido incautado en un barco averiado hace seis años y colocado en el almacén número 12 del puerto, “sin ningún seguimiento”.
Esta tragedia se produce en un momento en el que el país atraviesa su peor crisis económica en décadas, marcada por una depreciación monetaria inédita, hiperinflación, despidos masivos y drásticas restricciones bancarias.
En junio de 2019, se hizo una investigación tras repetidas quejas sobre olores nauseabundos que emanaban del hangar y se determinó que había “materiales peligrosos que debían trasladarse” y que las paredes del almacén estaban dañadas.
La dirección del puerto, que estaba al corriente del carácter peligroso de los productos, envió hace unos días a los obreros a cerrar las grietas del almacén. Estas obras, según las fuentes de seguridad, habrían sido el origen de la tragedia.