En una rueda de prensa descrita como ¨dramática¨ y que empezó con 90 minutos, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu afirmó este martes que después de publicado el plan de paz prometido por el presidente estadounidense Donald Trump para la región, impondrá la soberanía sobre todos los asentamientos de Cisjordania.

¨Es una oportunidad histórica y única para imponer la soberanía israelí sobre nuestras localidades en Judea y Samaria y también sobre otras zonas importantes para nuestra seguridad, nuestro legado y nuestro futuro¨, dijo en rueda de prensa en Ramat Gan, cerca de Tel Aviv.

“Si recibo de ustedes, ciudadanos de Israel, un claro mandato (…) hoy declaro mi intención de aplicar, con un futuro gobierno, la soberanía de Israel sobre el valle del Jordán y la parte norte del mar Muerto”, agregó.

El valle del Jordán representa alrededor del 30% de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967. Netanyahu precisó querer anexar los asentamientos judíos, que representan alrededor del 90% del valle, pero “no aldeas o ciudades árabes como Jericó”.

La inmediata reacción palestina fue pronunciada por el negociador Saeb Erekat. ¨Es echar leña al fuego¨, dijo.

Pocas horas más tarde, Netanyahu, quien se presenta como ¨el hombre seguridad para Israel¨, fue empujado por sus guardias fuera de un escenario en un acto político en Ashdod, cuando los palestinos de Gaza dispararon cohetes contra esa ciudad y contra Ashkelon. Israel respondió con ataques aéreos pero los titulares de la prensa lo consideraron a la situación como ¨una denigración nacional¨.

Las últimas encuestan otorgan una tenue mayoría a su principal rival, Benny Gantz del partido ¨Azul y Blanco¨. Amenazado por los cargos criminales en su contra, sujetos a una vista previa dentro de tres semanas, Netanyahu parece querer hacer uso de todos sus recursos políticos para atraer a su electorado.

 Valle del Río Jordán | ARCHIVO | AFP
Valle del Río Jordán
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“La histeria vuelve seis días antes de las elecciones”

La promesa de anexión formulada por Netanyahu promesa es desestimada por muchos comentaristas, que no la toman en serio. Recuerdan que Netanyahu había hecho comentarios similares en vísperas de los últimos comicios. “Una promesa más”, resumió un editorialista.

“Mal día para Netanyahu”, señala otro comentarista, especialmente por la destitución de John Bolton, el Consejero de Seguridad estadounidense,
muy cercano al Primer Ministro israelí y feroz opositor de cualquier acercamiento a Teherán.

Los editorialistas de derecha hablan de un cambio en el curso de la historia: Benjamin Netanyahu ha logrado anexar la agenda mediática, señala uno de ellos. “La histeria vuelve seis días antes de las elecciones”, titula un diario.

“Bibi” se queda solo ante las investigaciones de corrupción en su contra, las desventuras de su esposa Sarah y los polémicos tuits de su hijo Yair, quien la semana pasada describió a Yitzhak Rabin como “un asesino de supervivientes del Holocausto” a bordo del barco de refugiados Altalena. A esto se suma otro duro golpe para Netanyahu: Benny Begin, el hijo de Menahem Begin, el fundador del partido Likud, anunció: “No votaré por este partido”.