Irán anunció este jueves el derribo de un “dron espía estadounidense” que violó su espacio aéreo, en un contexto de tensión creciente en el Golfo que hace temer el estallido de un conflicto abierto entre Estados Unidos y la República Islámica.
El aparato, un modelo Global Hawk (del fabricante estadounidense Northrop Grumman) fue derribado “en las primeras horas del día” por encima de la provincia costera de Hormozgán, en el sur del país”, según un comunicado de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de Irán.
Fue derribado por un “misil” de la fuerza aeroespacial de los Guardianes, sobre el mar frente al monte Mobarak, “después de haber violado el espacio aéreo iraní”, agrega el texto sin dar más precisiones.
Según la televisión pública iraní, esta zona se halla en el condado de Jask, a orillas del mar de Omán.
A media mañana ningún medio de comunicación iraní había publicado todavía imágenes del aparato destruido.
El incidente se produce en un contexto de agudización de las tensiones entre Irán y Estados Unidos. La provincia de Hormozgán bordea el estrecho de Ormuz, paso estratégico para el abastecimiento mundial de petróleo.
Las fuerzas armadas estadounidenses intensificaron el miércoles sus acusaciones contra Irán, al que acusan del ataque contra dos barcos cisterna registrado la semana pasada en el mar de Omán.
Irán niega cualquier implicación en estos ataques e insinúa que podría tratarse de un montaje de Estados Unidos para justificar el uso de la fuerza en su contra.
A pesar de las reiteradas afirmaciones de dirigentes estadounidenses e iraníes de que no buscan un enfrentamiento, la escalada reciente en el Golfo hace temer un conflicto.
“Riesgo de guerra”
El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maa, consideró durante una visita a París que “no se descarta el riesgo de guerra en el Golfo”. Los gobiernos de Francia y Alemania instaron a una “desescalada” mediante un diálogo entre todas las partes implicadas.
La tensión crece entre la República Islámica y Estados Unidos desde que el presidente estadounidense Donald Trump decidió, en mayo de 2018, retirar a su país del acuerdo nuclear firmado con Irán en 2015 y restablecer duras sanciones contra Teherán, privándole de los beneficios económicos que esperaba de ese pacto internacional.
La tensión aumentó aún más con los ataques de origen todavía desconocido contra dos buques cisterna en el mar de Omán, similares a los actos de sabotaje que dañaron un mes antes otros cuatro barcos en la entrada del Golfo y de los que Washington también responsabiliza a Irán.
El CENTCOM, el Estado Mayor estadounidense encargado de las operaciones en el Cuerno de África y Asia Central, afirmó que una explosión ocurrida a bordo del barco japonés “Kokuka Courageous”, uno de los dos atacados el 13 de junio, fue provocado por una mina ventosa “parecida a las que utiliza Irán”.
“La mina ventosa es reconocible y se parece en todo a las minas iraníes visibles en desfiles militares”, afirmó un alto mando del CENTCOM, para quien “el ataque contra el ‘Kokuka Courageous’ y los daños que sufrió resultan del empleo de las minas ventosas que fueron colocadas en su casco”.
“Estos daños encajan con los causados por una mina ventosa. No corresponden con los que podría causar un artefacto volador que alcance al buque”, estimó el oficial, encargado de investigar el accidente.
Según su armador, la tripulación del carguero japonés indicó haber detectado un artefacto volador no identificado que intentó atacar el barco una primera vez, antes de regresar tres horas después y atacarlo, provocando un agujero en el casco y un incendio.
El general Amir Hatami, ministro de Defensa iraní, rechazó “categóricamente” el miércoles las acusaciones estadounidenses, considerándolas infundadas.