Ataques con drones reivindicados por los rebeldes yemeníes aliados de Irán obligaron este martes al cierre de uno de los mayores oleoductos de Arabia Saudita, aumentando la tensión en el Golfo tras el “sabotaje” que sufrieron el domingo cuatro barcos, incluyendo dos petroleros sauditas.
Días después de que Estados Unidos desplegara bombarderos y un buque de asalto para reforzar una flotilla liderada por un portaaviones en la zona, Arabia Saudita, el mayor exportador de crudo del mundo, informó del ataque contra dos estaciones de bombeo.
Ambas se encuentran en el Oleoducto Este-Oeste, de 1.200 kilómetros y capaz de bombear cinco millones de barriles de petróleo por día desde Provincia Oriental, rica en petróleo, a una terminal de exportación del mar Rojo.
Los drones provocaron “un incendio” y “daños menores” en una estación, informó el ministro de Energía Jalid Al Falih, en una declaración difundida por la agencia oficial saudita SPA.
La empresa petrolera Aramco “interrumpió temporalmente las operaciones en el oleoducto” Este-Oeste, anunció el ministro, añadiendo que la producción y las exportaciones no se vieron afectadas.
Riad es un aliado cercano a Estados Unidos, que recientemente endureció las sanciones económicas contra Teherán y fortaleció su presencia militar en la zona ante “las amenazas” iraníes.
Sin embargo, el secretario del departamento de Estado estadounidense Mike Pompeo dijo este martes, tras conocerse los ataques con drones, dijo desde Rusia: “no buscamos una guerra con Irán”.