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Siria es sinónimo de desastre en nuestros días. El entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidió disculpas hace 17 años porque la institución había fallado al pueblo de Ruanda durante el genocidio que vivió el país africano en el que murieron casi un millón de personas.
A día de hoy, Alepo y la mayoría de Siria se reducen a escombros. El estallido de bombas dejó paso a la huida, en las últimas semanas, de miles de familias obligadas a abandonar sus hogares por miedo a la muerte.
Las imágenes siguen estremeciendo al mundo. En esta galería podrás ver cómo era Siria antes del conflicto.
Una de las últimas ciudades desalojadas fue Alepo. En la última semana de noviembre, los ataques de las fuerzas del gobierno sirio forzaron a que los ciudadanos huyesen de sus casas con la ayuda de numerosas organizaciones no gubernamentales.
Según Cruz Roja, más de la mitad de población del país abandonó su tierra desde 2011 pero las cifras aumentan: el 29 y 30 de noviembre, 20.000 personas se marcharon de sus casas.
“Los que intentan huir quedan atrapados en tiroteos y bombardeos y se arriesgan a ser el blanco de disparos aislados. Centenares de niños, enfermos y heridos tienen que salir” del este de Alepo, dijo el jefe del grupo de trabajo para la ayuda en Siria de la ONU, Jan Egeland.
Los Cascos Blancos también lanzaron un grito de alarma: “Si no les evacuamos, nuestros voluntarios podrían ser torturados o ejecutados en los centros de detención del régimen”.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a un millón de desplazados sirios se les reconoció la condición de refugiados en 2015. Turquía, Líbano y Jordania, países que acogían a la mayoría ellos, restringieron su acceso, dejándolas expuestas a nuevos ataques.
