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El Gobierno francés liderado por el centrista François Bayrou enfrenta amenazas de moción de censura por parte de la extrema derecha y los socialistas durante las negociaciones del presupuesto de 2025. Bayrou busca respaldo de los socialistas para sobrevivir, evitando aliarse con la ultraderechista Marine Le Pen. La Comisión Mixta Paritaria discute el presupuesto, donde Bayrou cuenta con mayoría conservadora, pero necesitará apoyos en la Asamblea Nacional. La extrema derecha rechaza un artículo sobre electricidad y los socialistas se oponen a recortes en ayudas sociales. Si el presupuesto no recibe suficiente respaldo, Bayrou podría aprobarlo sin voto parlamentario, repitiendo la historia de su antecesor.
El Gobierno francés del centrista François Bayrou ha visto como la oposición eleva el tono, luego que en medio de la negociación del presupuesto de 2025 la extrema derecha y los socialistas lanzaron este jueves amenazas de apoyar una moción de censura que podría marcar su final apenas dos meses después de su nombramiento.
Así, el jefe del Ejecutivo podría sufrir la misma suerte que su antecesor, el conservador Michel Barnier, víctima de una moción de censura el pasado 4 de diciembre presentada por la izquierda en bloque y apoyada por la ultraderecha.
Bayrou cambió de estrategia. En lugar de apoyarse en las fuerzas de la ultraderechista Marine Le Pen, que selló el destino de su antecesor, prefirió buscar el respaldo de los socialistas, cuyos 66 diputados pueden ser la clave de su supervivencia.
Las negociaciones para el presupuesto tienen lugar desde este jueves en la Comisión Mixta Paritaria, formada por siete senadores y siete diputados.
La ventaja para Bayrou de este formato es que el centro, asociado con el centroderecha, cuanta con ocho representantes en la comisión, gracias a la mayoría conservadora de la Cámara Alta.
Pero el texto que salga de la Comisión tendrá que ser posteriormente aprobado en la Asamblea Nacional, donde no cuenta con respaldos suficientes, lo que le obliga a convencer a otros partidos.
La extrema derecha ya ha hecho saber que no aceptará un artículo adoptado ya por la Comisión sobre el precio de la electricidad que, a su juicio, subirá el precio de forma duradera para los particulares y para las empresas, lo que, a su juicio, repercutirá en su competitividad.
“Es una línea roja”, aseguró el diputado Jean-Philippe Tanguy, representante de la extrema derecha en esa comisión, quien además señaló que será Marine Le Pen quien tome la última decisión, tras haber regresado a la primera línea política de la que pasó varias semanas apartada tras la muerte de su padre, el fundador de Frente Nacional, ahora Agrupación Nacional (RN), Jean Marie Le Pen.
Posibilidad de votar una moción de censura
En el campo socialista las advertencias son menos contundentes, pero igualmente agitan la posibilidad de votar una moción de censura. El PS no acepta un presupuesto de austeridad, que recorte ayudas sociales ni la ayuda médica a los inmigrantes indocumentados, una de las exigencias de la derecha y la extrema derecha.
Sin embargo, los socialistas reconocen que se están respetando las promesas que hizo Bayrou en su discurso de investidura y que les llevaron a no votar una primera moción de censura presentada por sus aliados de izquierda.
En cuanto a los representantes de la derecha y el centroderecha, los acuerdos parecen totales para presentar un presupuesto que reduzca el déficit público al 5,4 % del PIB, frente al más del 6 % en 2024, y que incluye recortes y subidas de impuestos por un total de unos 50.000 millones de euros.
La comisión paritaria debe presentar mañana su proyecto de presupuesto, que puede ser sometido la semana próxima al voto de las cámaras.
Si no cuenta con apoyo suficiente, Bayrou puede decidir aprobarlo sin voto parlamentario, algo que ya hizo su antecesor y que desencadenó la moción de censura que acabó con su Ejecutivo.