Entra en vigor la normativa que establece un único modelo de cargador para todos los aparatos electrónicos. Todos los teléfonos móviles, tabletas y cámaras digitales vendidos en la UE deberán incorporar un puerto de carga USB de tipo C, en una reglamentación que también armoniza los requisitos de carga rápida, lo que “permitirá a los usuarios cargarlos a la misma velocidad con cualquier cargador compatible”.

Este sábado entró en vigor la normativa que establece un único cargador universal para todos los aparatos electrónicos vendidos en la Unión Europea.

Se pone así fin para los ciudadanos europeos a uno de los mayores quebraderos de cabeza tecnológicos en una época en la que es casi imposible vivir sin tener varios dispositivos recargables tanto en casa como en el entorno laboral.

Todos los teléfonos móviles, cámaras digitales, cascos y audífonos, consolas de videojuegos manuales, altavoces portátiles, libros digitales, teclados, micrófonos, sistemas de navegación portátiles vendidos en cualquier país perteneciente a la Unión Europea deberán tener un puerto de carga USB tipo-C.

De esta forma se pone fin a un largo y tedioso proceso legislativo, que suma una década de negociaciones y dos de adaptación, y que se cerrará en abril con la incorporación de ordenadores portátiles.

La iniciativa, aprobada a finales de 2022, llegó con un mandato medioambiental y de «bloqueo tecnológico», según indicaron los europarlamentarios de Bruselas.

“Los consumidores europeos podrán disfrutar de un futuro donde un solo cargador funciona para toda una variedad de productos electrónicos independientemente de su marca”, señaló este viernes la presidenta de la comisión de Mercado Interno y Protección al Consumidor del Parlamento Europeo, Anna Cavazzini.

Desde la aprobación final de la medida, a finales de 2022, la UE ha vendido esta legislación como una muestra palpable —de las que a veces hay pocos ejemplos prácticos— de los beneficios de contar con un marco legislativo comunitario para los Veintisiete.

La normativa europea también armoniza los requisitos de carga rápida, lo que “permitirá a los usuarios cargarlos a la misma velocidad con cualquier cargador compatible”, según estipuló la UE al aprobar la nueva legislación.

En Europa, al año, se venden cerca de 420 millones de teléfonos móviles, lo que, hasta hace unos años, suponía tener varios cargadores y cables para cada uno de los fabricantes.

De media, según varios estudios, los europeos poseen de media tres cargadores para estos aparatos, de los que solo usan dos de forma habitual. Esto traducido a residuos electrónicos equivale a 11.000 toneladas o 250 millones de euros.