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El gobierno de centroizquierda de Noruega pospone por un año más el inicio de la concesión de proyectos para la explotación minera de los fondos marinos, tras llegar a un acuerdo con una fuerza política aliada para los presupuestos de 2025. Aunque en enero se había aprobado la reforma legal para la apertura gradual de los fondos marinos, el Ejecutivo anunció que las primeras licencias se otorgarán a principios de 2025. El líder del Partido de Izquierda Socialista confirmó el acuerdo de no abrir las concesiones mineras actualmente, destacando que continuará el proyecto de explotación en un área de 281,000 kilómetros en el mar de Barents y el mar de Groenlandia en el Océano Ártico. A pesar de las críticas y protestas por parte de la oposición y grupos medioambientales, los partidos firmantes aseguran que la explotación será rentable y sostenible, con requisitos medioambientales más estrictos que el proyecto inicial presentado el año pasado.

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El gobierno de centroizquierda de Noruega decidió aplazar un año más el inicio de la concesión de proyectos que buscarán la explotación minera de los fondos marinos.

Esto, tras llegar a un acuerdo con una fuerza política aliada para los presupuestos de 2025.

Si bien el Ejecutivo había aprobado en enero la reforma legal que permitiría la apertura progresiva de los fondos marinos, cinco meses después, anunció que concederá las primeras licencias para la explotación minera a principios de 2025.

Así lo confirmó el líder del Partido de Izquierda Socialista, Kirsti Bergstø, quien sostuvo que “hemos alcanzado un acuerdo para no abrir la concesión para minerales en el fondo marino ahora. No tenemos el poder eternamente, pero lo importante es que no ocurrirá ahora”.

Para el primer ministro, Jonas Gahr Støre, en tanto, esto se trata de un “aplazamiento” y no del fin de un proyecto que implica abrir un área de 281.000 kilómetros situada en el mar de Barents y el mar de Groenlandia, en el Océano Ártico.

Vale recordar que la comentada reforma salió adelante a pesar de las críticas de la oposición y de las protestas de organizaciones medioambientales, quienes consideran que no hay información suficiente para garantizar una explotación segura.

No obstante, los partidos firmantes del acuerdo continúan asegurando que sí se puede realizar una explotación rentable y sostenible, y además resaltan que se han reforzado las exigencias medioambientales respecto del proyecto inicial que fue presentado en junio del año pasado.