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El Gobierno de Alemania llamó a consultas a su embajador en Teherán en repudio a la ejecución del disidente germano-iraní Jamshid Sharmahd, acusado por Irán de participar en atentados terroristas. El Ministerio de Exteriores alemán condenó enérgicamente el hecho y se reserva el derecho de tomar medidas adicionales, convocando también al embajador de Irán en Alemania. La ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, lamenta la pérdida y denuncia la falta de un juicio justo para Sharmahd. Por su parte, Irán alega que Sharmahd lideraba el grupo Tondar, considerado terrorista, vinculándolo a atentados ordenados desde el exterior.

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El Gobierno de Alemania llamó a consultas este martes a su embajador en Teherán, Markus Potzel, en señal de protesta por la ejecución del disidente germano-iraní Jamshid Sharmahd, al que las autoridades de Irán acusaban de haber participado en varios atentados terroristas en el país.

El Ministerio de Exteriores alemán condenó así “de la forma más contundente” esta ejecución y dijo reservarse el derecho a “tomar medidas adicionales” en caso de que sea necesario. Además, anunció que también ha convocado al embajador de Irán en el país, Mahmud Farazandé.

Por su parte, la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, remarcó que Sharmahd fue “secuestrado en Dubái y trasladado a la fuerza a Irán, donde ha permanecido encarcelado durante años sin que se celebrara un juicio justo en su contra hasta que ha sido asesinado”.

“Lo peor que podría pasar ha sucedido, y quiero ofrecer a su familia mi más profundo pesar por esta pérdida tan terrible”, dijo antes de recordar que la Embajada de Alemania en Teherán ha estado trabajando a diario en este caso.

“Enviamos a un alto cargo del Ministerio a Teherán en varias ocasiones por este asunto. Hemos dejado siempre bien claro que la ejecución acarrearía graves consecuencias”, afirmó en un comunicado.

En este sentido, alertó de que la ejecución muestra que el poder en Irán recae sobre un “régimen inhumano que castiga a la gente, a su población y a los ciudadanos extranjeros, a los que aboca a la muerte”.

“Esto muestra que nadie está seguro en Irán incluso bajo el nuevo Gobierno”, ha zanjado.

Sin embargo, las autoridades iraníes insisten en que la ejecución responde a que Sharmahd era el líder del grupo Tondar, considerado una organización terrorista en el país y al que el Gobierno acusa de estar detrás de varios atentados que habrían sido ordenados desde el exterior.

El grupo, con sede en Estados Unidos, busca restaurar la monarquía derrocada en la Revolución Islámica de 1979. Las autoridades iraníes le achacan la autoría de una veintena de ataques, de los cuales cinco habrían tenido éxito.