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El Ejército de Rusia obtuvo su mayor victoria militar en más de seis meses de combates en Ucrania al capturar la estratégica fortaleza de Vugledar, lo que abre las puertas al sur del Donbás. Las autoridades de la república popular de Donetsk confirmaron el izado de la bandera rusa en el edificio de administración de la ciudad, tras la retirada de las tropas ucranianas que defendían el bastión. La conquista de Vugledar es considerada un éxito simbólico para el Kremlin, y se destacó que las fuerzas de Kiev sufrieron "enormes pérdidas" por no retirarse a tiempo. Este avance ruso sigue un cambio de táctica hacia ataques en pequeños destacamentos por los flancos, lo que ha facilitado su imparable avance en la zona. Con la toma de Vugledar, Moscú tiene el camino expedito para controlar todo el sur del Donbás, y se prevé que continúen avanzando hacia otros objetivos estratégicos en la región. Esta situación ha generado preocupación en Ucrania, con el presidente Zelenski calificando la situación en el frente oriental como muy complicada.

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El Ejército de Rusia logró este miércoles su mayor victoria militar en más de seis meses de combates en Ucrania al hacerse con el control de Vugledar, estratégica fortaleza que abre las puertas al sur del Donbás.

Las autoridades de la república popular de Donetsk leales a Moscú confirmaron a medios oficiales el izado de la bandera tricolor en el edificio de la administración en el centro de la ciudad.

Seguidamente, Kiev anunció la retirada de las tropas que defendían el bastión desde las primeras intentonas rusas en marzo de 2022, dejando atrás apenas un centenar de civiles tras la evacuación de todos los menores.

“El alto mando dio permiso para realizar la maniobra de retirar las unidades de Vugledar para preservar personal y equipamiento de combate y tomar posiciones para sucesivas acciones“, informó el grupo operativo-estratégico Jortitsia del Ejército ucraniano.

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Una victoria ‘simbólica’ de Rusia

La conquista de Vugledar es el mayor éxito para el Kremlin desde la toma en febrero de este año de Avdivka, la principal localidad bajo control ucraniano en las afueras de la capital de Donetsk.

“Efectivamente, nuestros soldados se encuentran ya en Vugledar, en el edificio de la administración local se ha izado la bandera rusa“, informó hoy Yan Gaguin, asesor de la república popular de Donetsk, a la agencia RIA Nóvosti.

Con todo, a falta de la confirmación oficial del Ministerio de Defensa, las fuentes consultas precisaron que la limpia de las últimas y “desperdigadas” unidades ucranianas “requiere cierto tiempo”.

Otra fuente oficial señaló a la agencia TASS que el enemigo Kiev habría sufrido “enormes pérdidas” por negarse a abandonar a tiempo la defensa de Vugledar. Esto también fue reportado por algunos medios al incluir en sus informaciones críticas de soldados a sus comandantes por una retirada precipitada y en muchas ocasiones a pie.

En la misma línea, la plataforma de seguimiento de la guerra DeepState, cercana al Ministerio de Defensa de Kiev, también dio por perdida la urbe, mientras el Estado Mayor General ucraniano ni siquiera incluyó en su parte diario la situación en esa ciudad.

Dos años y medio de cruentos combates

Vugledar, que tenía antes de la guerra más de 14.000 habitantes, era uno de los principales objetivos de la ofensiva rusa que comenzó en el Donbás en octubre de 2023.

Ante los continuos ataques contra el puente de Crimea, la vía férrea entre Donetsk y la península se convirtió en una alternativa logística, pero su paso a escasos kilómetros de Vugledar la hizo demasiado insegura.

Por ese motivo, las autoridades rusas se vieron obligadas incluso a construir una nueva vía férrea entre la región sureña rusa de Rostov y la localidad de Volnovaja en Donetsk.

Ante el gran número de bajas sufridas en las dos grandes avances que protagonizó el ejército ruso en el primer invierno de la guerra, Moscú decidió cambiar de táctica.

De los ataques frontales con brigadas mecanizadas que fueron destruidas por los campos de minas, y las unidades ucranianas apostadas en los edificios de varias plantas situados en el otero en el que se encuentra la ciudad, los rusos pasaron a atacar en pequeños destacamentos por los flancos, apostando por una táctica de desgaste.

Según medios rusos, el asalto final comenzó hace menos de dos semanas y se vio facilitado por la toma de las explotaciones mineras que se encuentran al norte de la ciudad.

De hecho, militares ucranianos reconocieron hoy en la televisión que la pérdida del bastión es una consecuencia directa de la acuciante falta de hombres para mantener las posiciones y demandó una nueva movilización.

Imparable avance ruso

Sin la toma de Vugledar era imposible hacerse con el control de todo el sur del Donbás. Ahora, según los medios occidentales, Moscú tiene el camino expedito.

Según la prensa estadounidense, las tropas rusas están tomando territorios a una velocidad que no se veía en el Donbás desde el comienzo de la campaña militar.

En las próximas semanas, pronostican, muy probablemente Ucrania también perderá el control de Pokrovsk, uno de los principales objetivos de la actual ofensiva rusa, entre los que también figura Toretsk.

Uno de los objetivos, más al norte, es la localidad de Kurajove, que acoge ingentes recursos de litio, uno de los tesoros más preciados en esta guerra.

Además, los rusos ya están avanzando en dirección este con el fin de asediar Velika Novosilka, otra importante fortaleza cerca de la frontera entre Donetsk y Zaporiyia.

El propio presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, reconoció que la situación en el frente oriental es muy complicada a su regreso de Estados Unidos, donde pidió autorización para el empleo de misiles de largo alcance contra territorio ruso, una línea roja para el Kremlin.