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El Tribunal Supremo español ratificó su negativa de aplicar la Ley de Amnistía a Carles Puigdemont, manteniendo la orden de detención contra el líder separatista catalán por malversación, desestimando los recursos presentados por Puigdemont y otros independentistas acusados del delito, al considerar que la amnistía no se aplica en casos de beneficio personal patrimonial. Puigdemont, ex presidente de Cataluña, esperaba beneficiarse de la amnistía para retornar a España tras siete años en Bélgica. Aunque se le amnistió por desobediencia, no lo fue por malversación, delito que podría acarrearle años de cárcel. El líder criticó la decisión del Supremo y regresó brevemente a España en agosto, huyendo nuevamente a Bélgica, donde tres agentes de la policía catalana fueron suspendidos por presuntamente ayudar en su fuga.

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El Tribunal Supremo español ratificó este martes su negativa a aplicar la Ley de Amnistía para los independentistas catalanes a Carles Puigdemont, acusado de malversación, por lo que mantiene la orden de detención contra el líder separatista instalado en Bélgica.

El juez español Pablo Llarena “ha desestimado los recursos” presentados por Puigdemont y otros dos independentistas catalanes acusados también de ese delito, así como por la Fiscalía, que también recurrió la decisión inicial del 1 de julio, informó el Supremo en un comunicado.

“Las alegaciones carecen de cualquier fundamento”, explicó Llarena, para quien la amnistía no se aplica a la malversación cuando el acusado busca “un beneficio personal de carácter patrimonial, lo que entiende que concurre en el caso”.

Puigdemont, presidente de Cataluña cuando la región intentó separarse de España en 2017, iba a ser el principal beneficiado de la amnistía, con la cual esperaba poder retornar a España tras siete años de haberse ido del país para evadir la justicia española.

En su decisión del 1 de julio, Llarena sí amnistió el delito de desobediencia de Puigdemont, pero no el de malversación, que podría costarle varios años de cárcel.

La polémica Ley de Amnistía, aprobada definitivamente por el Parlamento español el 30 de mayo, fue el precio que pagó Pedro Sánchez para ser reelegido como presidente del gobierno en noviembre, gracias principalmente al apoyo de los partidos independentistas catalanes, entre ellos el de Puigdemont.

Puigdemont criticó la nueva decisión del Supremo en un mensaje en la red social X, donde lamentó haberse “enterado nuevamente por la prensa”, lo que es “una tradición española”, ironizó.

El líder independentista volvió a España por primera vez en siete años en una breve aparición en Barcelona el 8 de agosto, coincidiendo con la votación para elegir al nuevo presidente regional.

Puigdemont dio un breve discurso ante unos pocos miles de seguidores que acudieron a recibirlo, para después huir y volver a Bélgica, pese al dispositivo policial desplegado para detenerlo. Tres agentes de la policía catalana fueron suspendidos provisionalmente de su cargo por presuntamente ayudar en su huida.