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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció el inicio de consultas con distintos partidos para nombrar un primer ministro, descartando a la izquierda del Nuevo Frente Popular. Macron busca evitar el bloqueo político y apela a la estabilidad en un contexto marcado por las elecciones legislativas.

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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció el inicio para este martes de un nuevo periodo de consultas con los distintos partidos para tratar de nombrar a un primer ministro, aunque ya descartó que pueda llegar a proponer para la jefatura de Gobierno a una persona procedente del Nuevo Frente Popular (NFP) de izquierdas, alegando que recibiría “inmediatamente” el rechazo de la Asamblea Nacional.

Macron inició el viernes una primera ronda que ha considerado “útil” pero que, en la práctica, ha servido para constatar que ningún bloque es capaz de sumar una mayoría clara.

“Mi responsabilidad es que el país no quede bloqueado ni debilitado”, indicó el mandatario en un comunicado difundido por el Elíseo y en el que se reivindica la figura del presidente como garante de la estabilidad.

En ese sentido, apeló a las “circunstancias excepcionales” de las últimas elecciones legislativas, marcadas por el temor generalizado a un ascenso definitivo de la ultraderecha, para llamar a todos los partidos a trabajar en aras del interés nacional y estar “a la altura de las circunstancias” en “estos momentos inéditos de la V República”.

Macron iniciará el martes un nuevo ciclo con partidos y “personalidades” relevantes pero ya ha dejado claro que no cederá a las peticiones de la izquierda para que la economista Lucie Castets sea propuesta como primera ministra, pese a que horas antes de este comunicado el Nuevo Frente Popular había advertido de que no acudiría a una hipotética segunda ronda si no era para terminar de concretar la “cohabitación” política.

“Teniendo en cuenta la opinión de los responsables políticos consultados, la estabilidad institucional de nuestro país exige, por tanto, descartar esta opción”, dijo Macron, quien echó en falta por parte de socialistas, ecologistas y comunistas propuestas de cooperación con otras fuerzas políticas.

“Les corresponde a ellos hacerlo”, sostuvo, después de señalar que otras formaciones sí ven margen para colaborar con “diferentes sensibiliades políticas” e incluso apoyar un gabinete liderado por una persona ajena a su grupo.

El rechazo de la izquierda

La respuesta de la izquierda al ‘no’ de Macron no se ha hecho esperar y ha implicado una salida en tromba contra el presidente, al que La Francia Insumisa (LFI) ha llegado a amenazar con un procedimiento de destitución inédito y de difícil aplicación práctica.

La presidenta del grupo de LFI en la Asamblea, Mathilde Panot, confirmó en redes sociales que votarán en contra de cualquier otro primer ministro que no sea de izquierdas. “No permitiremos que no se respete la voluntad popular”, señaló.

El presidente no ha marcado un plazo final para estos nuevos contactos, si bien el Elíseo había deslizado como ultimátum el inicio el miércoles de los Juegos Paralímpicos de París.

La Constitución francesa reserva al jefe de Estado la potestad de designar un primer ministro, aunque en la práctica cualquier candidato debe ser refrendado por la Asamblea Nacional para poder comenzar a trabajar.