El expresidente francés, Nicolas Sarkozy, fue condenado este miércoles a seis meses de prisión firme y otros tantos exentos de cumplimiento en el juicio en Apelación por la financiación ilegal de su campaña presidencial de 2012.
Se trata de una pena inferior a la impuesta en primera instancia en septiembre de 2021, que fue de un año de cárcel firmes, y algo superior a lo que había solicitado la Fiscalía, que era de un año exento de cumplimiento.
El inquilino del Elíseo entre 2007 y 2012, que en todo momento ha clamado su inocencia, tiene la opción de recurrir la pena al Supremo, lo que en principio le salvaría por ahora de entrar en la cárcel.
Sarkozy, el primer expresidente francés condenado a una pena de prisión firme, acudió al Tribunal de Apelación de París para escuchar la lectura del veredicto.
Pese a esto, abandonó el Palacio de Justicia sin hacer declaraciones.
Con esta nueva condena, Sarkozy acumula ya un año y medio de cárcel, ya que en mayo pasado el Tribunal de Apelación confirmó la pena a un año firme en un caso de tráfico de influencias.
Aunque los jueces pidieron que el ex jefe del Estado pueda cumplir la pena a domicilio, al superar el año de cárcel su caso tendrá que ser estudiado por la justicia.
Además, el año próximo será juzgado por la presunta financiación de su campaña de 2007, la que le llevó al Elíseo, con dinero del régimen libio de Muamar Gadafi.
En paralelo a esta última investigación, Sarkozy está procesado por haber tratado de presionar a un testigo clave.
El nombre de Nicolas Sarkozy figura en otras investigaciones, como la posible corrupción en la atribución del Mundial de fútbol de 2022 a Catar.
El caso de financiamiento ilegal del exmandatario Nicolas Sarkozy
En el caso de la financiación ilegal de la campaña de 2012, que perdió contra el socialista François Hollande, los jueces consideraron que se había creado un sistema de falsas facturas a través de una empresa llamada Bygmalion para ocultar los gastos reales y poder así superar los límites impuestos por la ley.
El expresidente gastó casi 43 millones de euros, casi el doble de lo permitido, en una carrera desenfrenada por dar la vuelta a los sondeos que le daban perdedor.
Aunque en primera instancia los magistrados no encontraron relación entre Sarkozy y esa trama de falsas facturas, consideraron que no podía desconocerla.
Además agregó que presionó para que se multiplicaran los mítines, pese a las advertencias oficiales sobre el elevado tren de gasto de la campaña.
“Fabulaciones” y “mentiras”, clamó el expresidente durante el juicio en apelación que se celebró entre el 8 de noviembre y el 7 de diciembre pasados.
Allí trató de desviar la responsabilidad a miembros de su campaña y de la empresa Bygmalion, a los que acusa de haberse enriquecido a su costa.
Otras trece personas fueron condenadas en primera instancia a penas de hasta tres años y medio de cárcel, de los cuales otros ocho recurrieron.
Entre ellos no figuraba el exdiputado Jérôme Lavrieux, que fue quien sacó a la luz ese sistema de falsas facturas en una entrevista televisiva que permitió abrir las pesquisas.