Las autoridades anunciaron el despliegue de 15.000 miembros de las fuerzas del orden para impedir que los tractores entren este lunes a París y otras grandes ciudades francesas.
Los principales sindicatos agropecuarios, que consideran insuficientes los anuncios del gobierno a favor del sector, anunciaron que prevén un “cerco de la capital por una duración ilimitada” a partir de este lunes.
Para impedir que bloqueen la capital, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, reunió el domingo a los directores generales de la policía y la gendarmería, y al encargado de la policía de París.
El ministro reiteró su petición de “moderación” por parte de la policía frente a los agricultores.
“La postura sigue siendo la misma: la policía debe actuar con gran moderación” y sólo intervenir “como último recurso” si la integridad de las personas está amenazada o en caso de daños graves a los edificios, explicó el ministerio.
Los agricultores denuncian en particular la caída de los ingresos, las bajas pensiones, la complejidad administrativa, la inflación de las normas y la competencia extranjera.
Presidente de sindicato llama a la calma
El presidente del principal sindicato agrícola del país, la FNSEA, Arnaud Rousseau, llamó el domingo “a la calma y a la determinación”.
“No puede haber otros accidentes”, declaró, refiriéndose a lo ocurrido a principios de esta semana en el suroeste del país, donde una agricultora y su hija murieron atropelladas por un vehículo que intentó atravesar una barricada.
Eso sí, también advirtió que esta será la “semana de todos los peligros”.
La ira de los agricultores franceses se hace eco de la de sus homólogos alemanes, movilizados desde finales de diciembre contra la reforma de la fiscalidad del diésel agrícola decidida por el gobierno de Olaf Scholz.