Vestido con una camisa blanca a cuadros y chaqueta negra, Zepeda, de 32 años, entró en la sala del Palacio de Justicia de Vesoul la mañana de esta jornada.
Tal como detalla el medio France 24, al interior del salón aguardaban la madre y hermanas de Kurosaki, así como también periodistas franceses, chilenos y japoneses.
Recordemos que el joven fue condenado a 28 años de cárcel en abril de 2022 por el asesinato con premeditación de la joven. Sin embargo, apeló esta sentencia de primera instancia por lo que este nuevo juicio se extenderá hasta el 20 de diciembre.
De acuerdo al periódico galo L’Est Républicain, este lunes Zepeda insistió en su inocencia. “Yo no maté a Narumi”, mencionó visiblemente emocionado.
“Rechazo con todas mis fuerzas los hechos que se me imputan. Son acusaciones horribles formuladas contra mí, que se suman a la desaparición de Narumi”, agregó.
“Ha sido una verdadera pesadilla. Llevo a Narumi en mis pensamientos. Pienso en el enorme dolor de su familia”, sostuvo.
“Yo no maté a Narumi y espero que este proceso nos conduzca a la verdad, a una verdad que necesitamos… tal vez para encontrarla”, puntualizó, de acuerdo a agencias internacionales como EFE.
Padre de Zepeda acusa persecución contra su hijo
El padre de Nicolás, Humberto Zepeda, afirmó haber realizado su propia contrainvestigación, indicando que “cada mes faltan puntos importantes”.
“Estoy convencido de que la investigación policial se hizo para condenar a mi hijo y no para encontrar a Narumi. (…) Nicolás estaba allí y había que acusarlo…”, sostuvo.
Anteriormente, en declaraciones a la prensa, el hombre aseveró que su hijo es inocente, añadiendo que no se ha presentado ninguna “prueba científica” contra él.
Pistas sobre la última noche de Narumi
Según la investigación, la noche del 4 de diciembre de 2016 Zepeda y Kurosaki cenaron y posteriormente entraron en la residencia de estudiantes en donde vivía la japonesa en la localidad francesa de Besançon. No obstante, Nicolás salió solo del lugar.
De acuerdo a la versión de varios estudiantes, esa noche se escucharon gritos y golpes desde la habitación de Narumi. Pese a esto, nadie llamó a la policía. Se sabe, además, que antes de la desaparición de la joven, Zepeda compró un bidón con cinco litros de combustible y fósforos, además de arrendar un vehículo.
Según la sentencia, posteriormente Zepeda usó las redes sociales de Narumi para enviar mensajes a sus conocidos haciéndose pasar por ella.
En cuanto al cadáver, la fiscalía sostiene que Zepeda lanzó sus restos al río Doubs, por lo cual estos habrían terminado aguas abajo de la presa de Crissey.