Fotografía de contexto | Reuters

"No son más que carne": el batallón ’castigado’ y condenado a muerte que Rusia desplegó contra Ucrania

04 octubre 2023 | 17:06

Los convictos y soldados que cometen indisciplinas dentro del poderoso Ejército de Rusia son desplegados en escuadrones casi suicidas, para enviarlos a las zonas más peligrosas del frente de batalla, lo que es lo más cercano que tienen a una condena de muerte. Se trata de los escuadrones Storm-Z, que -a diferencia del Grupo de mercenarios Wagner- recibe órdenes directas del Ministerio de Defensa de Rusia.

En el frente de batalla más sangriento entre Rusia y Ucrania es “normal” ver a un puñado de reclutas borrachos, soldados insubordinados y convictos de diversos crímenes.

No son fugitivos y mucho menos civiles inocentes.

En realidad se trata de ‘malos militares’ que este fueron recluidos en la unidad penal rusa conocidas como los escuadrones “Storm-Z”.

Se trata de un grupo abandonado por la mano de Dios que es enviado a todos los frentes de batalla contra Ucrania, según lo relataron a la agencia Reuters 13 personas con conocimiento del asunto, entre ellas cinco combatientes de las unidades.

Pocos viven para contarlo.

Un soldado de la unidad 40318 del Ejército ruso, desplegado cerca de la ciudad de Bajmut, en el este de Ucrania, declaró que “los combatientes de las tropas de asalto no son más que carne”.

Este hombre aseguró haber prestado tratamiento médico a un grupo de seis o siete combatientes de Storm-Z heridos en el campo de batalla, desobedeciendo la orden de un comandante -cuyo nombre desconocía- de abandonar a esos hombres.

"No son más que carne": el batallón "castigado" y condenado a muerte que Rusia desplegó contra Ucrania

Según relató, en su momento no supo por qué el comandante dio esa orden, pero afirmó que tipificaba la forma en que los oficiales consideraban a los combatientes Storm-Z de menor valor que las tropas ordinarias.

El soldado, que pidió anonimato, dijo que se compadecía de la difícil situación de esos hombres: “Si los comandantes ven a alguien con olor a alcohol, lo envían inmediatamente a estos escuadrones de asalto”.

Al ser contactado por el medio ya citado, un oficial de la unidad nº 40318 declinó hacer comentarios sobre Storm-Z y finalizó la llamada. Además, el Kremlin remitió las preguntas de Reuters al Ministerio de Defensa ruso, que no respondió a una solicitud de comentarios.

Los medios de comunicación rusos -controlados por el Estado- han informado que los escuadrones Storm-Z existen, que participaron en intensas batallas y que algunos de sus miembros recibieron medallas al valor.

Pese a esto, se niegan a revelar cómo están formados ni las bajas que sufren.

El primer acercamiento a los escuadrones Storm-Z

Al igual que el soldado de la unidad nº 40318, las 13 personas entrevistadas solicitaron el anonimato, alegando temor a represalias por el liderazgo del Kremlon.

Reuters verificó las identidades de todos los combatientes implicados utilizando antecedentes penales y cuentas de redes sociales.

Los escuadrones enviados por Rusia, cada uno con entre 100 y 150 efectivos, están permanentemente expuestos a las zonas más violentas del frente contra Ucrania.

A menudo sufren grandes pérdidas.

Tres de los cinco combatientes de Storm-Z entrevistados por Reuters, y los familiares de otros tres combatientes, describieron los enfrentamientos como una pesadilla.

“Gran parte de los nuestros fueron aniquilados”, relataron.

Un combatiente, con una condena por robo que fue reclutado en prisión, dijo que todos menos 15 de los 120 hombres de su unidad murieron o fueron heridos en Bajmut.

El despliegue de este tipo de escuadrones supone una novedad para Rusia en Ucrania: mientras que los mercenarios de Wagner se mandaban solos, las unidades Storm-Z están bajo el mando directo del Ministerio de Defensa.

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Según los entrevistadas, las brigadas también combinan convictos que se ofrecen voluntarios para luchar a cambio de la promesa de un indulto. Lamentablemente muchos nunca consiguen esta meta.

Carnicerías entre Rusia y Ucrania protagonizadas por “batallones castigados”

Estos escuadrones son útiles para el Ministerio de Defensa ruso porque pueden desplegarse como infantería prescindible, según lo argumentó Conflict Intelligence Team.

Se trata de una organización independiente que está siguiendo la guerra que acusa que a ellos “se les envía a las partes más peligrosas del frente, en defensa y en ataque”.

Los primeros informes sobre su existencia surgieron en abril, cuando el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) citó lo que, según dijo, parecía ser un informe militar ruso filtrado sobre la formación de los escuadrones.

Si bien no se puede estimar cuántas personas son parte de estos escuadrones, se puede comparar con las cifras del popular grupo Wagner.

La banda liderada hasta hace poco por Yevgeny Prigozhin tenía unos 25.000 combatientes implicados en el conflicto, según declaró su difunto líder.

La primera línea y carne de cañón de la guerra

Storm-Z es un término no oficial utilizado por las tropas rusas, que combina un significado para las tropas de asalto con la letra Z, adoptada por los militares como símbolo de su invasión de Ucrania.

Artyom Shchikin, un joven de 29 años de la región de Mordovia, cumplía una condena de dos años por robo dictada en diciembre de 2021.

Fue allí cuando unos reclutadores del Ministerio de Defensa de Rusia se presentaron en su cárcel preguntando si los reclusos querían ir a luchar a Ucrania.

El hombre se alistó porque, aunque estaba previsto que saliera en libertad en diciembre de este año, quería limpiar sus antecedentes penales y ganar dinero.

Tres combatientes de Storm-Z dijeron que les habían ofrecido un salario de unos 200.000 rublos (2.000 dólares), aunque afirmaron que les habían pagado la mitad.

En mayo de este año, Shchikin fue asignado a una unidad penal del 291º Regimiento de Fusiles Motorizados de la Guardia y desplegado en la región de Zaporizhzhia, en el sur de Ucrania.

Ahí fue cuando se le perdió la pista. Los familiares de Shchikin supieron de él por última vez el 18 de junio.

Pero lo que en realidad pasó es que su unidad cayó bajo fuego ucraniano.

Tres compañeros que estaban en una trinchera con él murieron, a otro le arrancaron una mano y el propio Shchikin está desaparecido, según relataron sus familiares, quienes no tienen esperanza de volver a verlo con vida.

Su cuerpo aún no ha sido recuperado.

Los familiares del soldado dijeron que cuando pidieron respuestas al Kremlin sobre su destino no recibieron respuesta definitiva.

“Eran de una unidad Storm-Z. Por ellos, nadie va a tener prisa”, dijo un familiar.


Borrachos de servicio y consumiendo drogas

Aunque los convictos forman el núcleo de los escuadrones penales, algunos soldados regulares han sido asignados a ellos como castigo por romper la disciplina.

Así lo comentaron dos militares de la sección que fueron castigados de esta forma, así como un combatiente de Storm-Z llamado Igor, un convicto encarcelado por intento de asesinato.

Los dos soldados ‘castigados’ dijeron que los oficiales mandan soldados a este batallón por estar borrachos de servicio, consumir drogas y negarse a cumplir órdenes.

Según la legislación rusa sobre disciplina militar, un soldado sólo puede ser trasladado a una unidad penal si es condenado por un tribunal militar.

Ninguna de las personas que informaron a Reuters del envío de soldados a Storm-Z dijo que los hombres hubieran participado en una vista judicial.

Contactado la semana pasada, el soldado de la unidad nº 40318 dijo que no había vistas judiciales en esos traslados, e Igor, el combatiente de Storm-Z, dijo que no tenía conocimiento de que se hubieran celebrado vistas judiciales.

La convención de Ginebra, un conjunto de normas internacionales de guerra, no cubre a los soldados castigados por su propio bando.

Rebelión de Storm-Z

Un grupo de unos 20 combatientes de Storm-Z en Zaporiyia, que formaban parte de la unidad número 22179, decidieron que ya estaban hartos del trato que recibían.

Este grupo de hombres rechazó la orden de volver al frente y grabaron un vídeo el 28 de junio quejándose del trato.

“En la primera línea, donde hemos estado, no recibimos entregas de munición. No recibimos agua ni comida. No se llevaron a los heridos: todavía ahora los muertos se están pudriendo”, dijo un combatiente en el vídeo.

“Nos dan órdenes espantosas que ni siquiera merece la pena cumplir”, añadió. “Nos negamos a seguir llevando a cabo misiones de combate”.

Reuters estableció las identidades de dos de los combatientes implicados en la revuelta y habló con un familiar de cada uno de ellos que corroboró el relato del vídeo.

Tras la publicación, agentes de la policía militar golpearon a los dos combatientes y a otros de su pelotón, como castigo por su revuelta, según dijeron los dos familiares.

Desde entonces, dijeron que las condiciones habían mejorado, pero que no sabían cuándo se les permitiría abandonar el ejército.

Las autoridades rusas no han hecho ningún comentario público sobre el incidente y el Ministerio de Defensa no respondió ninguna pregunta al respecto.

La familiar de uno de los soldados de la revuelta, un hombre de Siberia que se había presentado voluntario para unirse a Storm-Z desde la cárcel, dijo que temía las noticias del frente.

“Dios mío, que esto acabe pronto”, dijo refiriéndose a la guerra entre Rusia y Ucrania.