Y ello porque ninguno de los bloques de derecha e izquierda reúnen en principio representantes suficientes como para llegar a una mayoría absoluta (176 escaños) en la primera vuelta de una investidura o simple en una segunda con más votos a favor que en contra.
El ultraderechista Vox se deja 19 escaños en estas elecciones y se queda con 33 diputados en el Congreso, mientras que la plataforma de izquierdas Sumar se sitúa como cuarta fuerza con 31 escaños, cuatro menos que los que obtuvo su predecesora Unidas Podemos en los anteriores comicios.
Entre las fuerzas independentistas, los catalanes de ERC sufren un duro revés, al caer de 13 a 7 representantes, y los de Junts per Catalunya pierden uno y se quedan con seis, mientras que los vascos de EH-Bildu superan por vez primera al Partido Nacionalista Vasco (PNV), con seis diputados frente a cinco de estos últimos.
Los gallegos del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) conservan su único escaño, Coalición Canaria logra uno y también los regionalistas navarros de Unión del Pueblo Navarro (UPN), de modo que el nuevo Congreso quedará muy fragmentado con once partidos diferentes.
Pese al calor y el periodo vacacional, la afluencia de ciudadanos a los colegios electorales fue mayor de la esperada, aunque hay que tener en cuenta que en esa participación se computan los 2,4 millones de votos por correo, una cifra histórica en la democracia española.